Útero arqueado: ¿Riesgo de pérdida de embarazo?

Anomalías uterinas

El desarrollo embrionario del útero implica la fusión de los dos conductos paramesonéfricos (müllerianos) y la reabsorción del tejido que los conecta. Cuando la fusión o la reabsorción son incompletas, pueden desarrollarse varios tipos de anomalías uterinas congénitas. Algunas dan lugar a la duplicación completa del útero (útero didelfo), al desarrollo de un solo lado (útero unicorne), a la división de la cavidad (útero bicorne o tabicado) o a una deformidad de menor grado (útero arcuato).

Las anomalías uterinas pueden tener un efecto adverso en los resultados del embarazo. Las tasas de implantación, aborto, parto y otras complicaciones obstétricas se han asociado a las distintas anomalías. La corrección quirúrgica para mejorar los resultados obstétricos puede ofrecerse a las mujeres con ciertas anomalías uterinas (por ejemplo, útero tabicado).

Un reciente análisis retrospectivo evaluó el impacto de un útero arqueado en los resultados de la fecundación in vitro (FIV) tras la transferencia de embriones euploides.

Resultados de la FIV con útero arcuato

Para este análisis se tuvieron en cuenta todas las mujeres sometidas a FIV y a pruebas genéticas de preimplantación para detectar aneuploidías durante 2014. En cada caso, se evaluó la cavidad uterina mediante ecografía 3D e histeroscopia. Se identificó un útero arqueado como una hendidura entre 0,4 y 1 cm en la cavidad uterina. En todos los ciclos, los embriones se cultivaron hasta la fase de blastocisto, se les realizó una biopsia para un cribado cromosómico completo y se criopreservaron. Las transferencias de embriones congelados tuvieron lugar en un ciclo artificial.

En total, 76 mujeres con útero arqueado se sometieron a 83 transferencias, y 354 mujeres de control con una cavidad uterina normal se sometieron a 378 transferencias. Las características demográficas iniciales y las respuestas a la estimulación, así como el número de blastocistos disponibles, fueron similares en ambos grupos. Cerca del 60% de los embriones eran euploides en ambos grupos, y se transfirió una media de 1,5 embriones. Las tasas de implantación (63,7% de arcuatas frente a 65,4% de normales) y de nacidos vivos (68,7% frente a 68,7%) fueron similares en ambos grupos, y no hubo diferencias en la tasa de abortos (4,8% frente a 4,3%). Los autores concluyeron que un útero arqueado no tiene impacto en los resultados de la FIV.

Vista

Una deformidad significativa de la pared o cavidad uterina puede afectar negativamente a la implantación o al resultado del embarazo. Es necesario diferenciar las anomalías uterinas congénitas de las adquiridas (por ejemplo, fibromas). Las anomalías congénitas pueden detectarse hasta en el 7% de las mujeres. Las anomalías uterinas pueden influir en las tasas de implantación, aborto y nacimientos vivos, así como en otros resultados obstétricos (mala presentación fetal, placentación anormal, parto prematuro, restricción del crecimiento intrauterino). Las anomalías uterinas pueden diagnosticarse mediante ecografía (principalmente en 3D), sonohisterografía, histerosalpingografía, RMN e histeroscopia/laparoscopia. La corrección quirúrgica de las anomalías sólo debe ofrecerse si mejora el resultado obstétrico.

No existen criterios uniformes para identificar un útero arqueado. Se ha definido de diversas maneras como una hendidura que supera el 50% del grosor de la pared uterina, o una hendidura de entre 0,4 y 1,5 cm con un ángulo de su punta > 90°. En consecuencia, se han comunicado amplios rangos de prevalencia del útero arqueado (3%-38%).

Los informes también son contradictorios con respecto al impacto del útero arcuato en el resultado del embarazo. Los diferentes criterios de diagnóstico, el uso de diferentes herramientas de imagen y las diferentes poblaciones de pacientes (infértiles frente a fértiles; sin abortos previos frente a pacientes con abortos recurrentes) pueden explicar los resultados contradictorios.

Surrey y sus colegas utilizaron criterios bien definidos (aunque no universalmente aceptados) para identificar a las pacientes con útero arqueado. Las pacientes de control tenían características demográficas y respuestas al tratamiento de FIV similares. Los factores embrionarios se controlaron únicamente mediante la transferencia de embriones euploides. Aunque el diseño retrospectivo del estudio no puede controlar todas las variables de confusión, los resultados apoyan la recomendación general de considerar el útero arqueado como una variante normal y no ofrecer una corrección quirúrgica.

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