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Las catacumbas egipcias son famosas por estar llenas de cuerpos momificados de ibis sagrados. Entre el 664 a.C. y el 250 d.C., era una práctica común sacrificar a estas aves, o mucho más raramente adorarlas en el servicio ritual al dios Thot, y posteriormente momificarlas. En los sitios antiguos de todo Egipto, estas aves momificadas se apilan del suelo al techo a lo largo de kilómetros de catacumbas, sumando muchos millones de aves. Pero la forma en que los egipcios tenían acceso a tantos pájaros ha sido un misterio; algunos textos antiguos indican que se pudo haber empleado la cría y domesticación a largo plazo.

En este estudio, Wasef y sus colegas recogieron ADN de 40 especímenes de Ibis Sagrado momificados de seis catacumbas egipcias que datan de hace unos 2500 años y de 26 especímenes modernos de toda África. 14 de las momias y todos los especímenes modernos proporcionaron secuencias completas del genoma mitocondrial. Estos datos permitieron a los investigadores comparar la diversidad genética entre las poblaciones silvestres y las colecciones sacrificadas.

Si las aves estaban siendo domesticadas y criadas, el resultado esperado sería una baja diversidad genética debido al mestizaje de poblaciones restringidas, pero en contraste, este estudio encontró que la diversidad genética de los ibis momificados dentro y entre las catacumbas era similar a la de las poblaciones silvestres modernas. Esto sugiere que las aves no eran el resultado de una cría centralizada, sino de una domesticación a corto plazo. Los autores sugieren que es probable que las aves fuesen cuidadas en sus hábitats naturales o tal vez criadas sólo en las épocas del año en que se necesitaban para los sacrificios.

Los autores añaden: «Informamos de los primeros genomas antiguos completos de las momias egipcias de Ibis Sagrado, mostrando que los sacerdotes mantenían la domesticación a corto plazo del Ibis Sagrado salvaje en los lagos o humedales locales, al contrario que la cría centralizada a escala industrial de las aves de sacrificio»

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