La maicena es uno de esos héroes desconocidos en la cocina. Evita que tus tartas de frutas queden líquidas, hace que tus salteados sean agradables y brillantes, y le da textura a tu salsa. La maicena no es algo que se utilice todos los días, por lo que probablemente no esté muy presente en la lista de la compra, lo que significa que puede que se te acabe cuando más la necesites (por ejemplo, en medio de la preparación del pollo con anacardos de Ree). Pero no te preocupes: Estos mejores sustitutos de la maicena te salvarán. No siempre puedes obtener los mismos resultados con un sustituto de la maicena, pero puedes acercarte bastante. Aquí está todo lo que necesitas saber.
¿Qué es la maicena?
Es literalmente el almidón del maíz-un nombre ingenioso, ¿eh? Lo encontrarás en el pasillo de la panadería del supermercado. A veces se etiqueta como harina de maíz en Europa, pero no la confundas con la harina de maíz extrafina, que es un ingrediente totalmente diferente.
¿Qué hace la maicena?
Realmente no verá ni sabrá la maicena en su plato terminado, pero es un espesante de primera categoría, y funciona como magia en los alimentos fritos. Aquí tienes un resumen rápido:
Espesa el relleno de las tartas
La fruta es súper jugosa y se vuelve aún más jugosa cuando se hornea en una tarta. La maicena ayuda a evitar que la mezcla quede demasiado líquida. Planea usar hasta ¼ de taza de maicena por cada 5 tazas de fruta, dependiendo de lo madura y jugosa que esté la fruta. Si se usa más, se empezará a notar el sabor de la maicena.
Espesa el budín
¡El budín sería una sopa si no fuera por la maicena! Ree utiliza la maicena para espesar su pastel de pudín de chocolate también. La mayoría de las recetas piden de 1 a 1½ cucharadas de maicena por cada taza de lácteos, dependiendo de lo espeso que quieras que sea el pudin.
Da a los productos horneados una miga tierna
Algunos productos horneados, como los pasteles y las galletas, pueden requerir almidón de maíz además de harina; el almidón de maíz da a los productos una textura extra suave. Pruebe las galletas de mantequilla de Ree y verá a qué nos referimos.
Espesa sopas, salsas y salsas
Una papilla (que es una mezcla para espesar) es un caballo de batalla en la cocina: es una de las formas más fáciles de espesar una sopa, una salsa o una salsa. Para hacer una papilla, mezcle una cucharada de maicena con suficiente agua para hacer una pasta fina y añádala a unas 2 tazas de líquido caliente (ajuste la papilla en función de la cantidad de líquido que tenga). No añada nunca la maicena directamente a la sopa o a la salsa sin hacer primero la papilla, ya que la maicena se aglutinará.
Da a los alimentos fritos una corteza crujiente
Para conseguir un crujido extra, reboce las proteínas o las verduras en una ligera capa de maicena antes de freírlas. También puede añadir la maicena a la harina para el dragado.
La maicena puede sustituirse a menudo, pero no hay una solución única. Encuentre el mejor sustituto de la maicena en función de lo que vaya a preparar.