A principios de sus treinta años, Amy experimentó dolores de cabeza muy fuertes y masivos. En ese momento, fue a ver a un neurocirujano y le diagnosticaron la malformación de Chiari I. A Amy le dijeron que podía operarse del cerebro, pero que era una cirugía electiva. Le dijeron que si no le molestaba, no debía arreglarlo. Avance rápido hasta ahora a la edad de 43 años.
Amy es una maestra de jardín de infantes de 27 estudiantes en su aula. Estaría agotada y lucharía por mantenerse despierta. Cada día sería un reto debido a la fatiga, los dolores de cabeza y el continuo rascarse para mantenerse despierta. Cinco minutos de conducción en el coche le resultaban muy estresantes y quedarse dormida al volante se estaba convirtiendo en un grave problema para Amy.
Las malformaciones de Chiari son defectos estructurales que se producen en el cerebelo, la parte del cerebro que controla la coordinación y el movimiento muscular. Según estimaciones anteriores, las malformaciones se producen en uno de cada 1.000 nacimientos, pero el aumento del uso del diagnóstico por imagen indica que el trastorno puede ser más común de lo que se pensaba.
¿Qué es la malformación de Chiari?
La doctora Holly Gilmer, neurocirujana y experta en malformación de Chiari, explica que los niños mayores experimentan dolores de cabeza, mareos, zumbidos en los oídos y problemas de visión. Una de las presentaciones más frecuentes es la escoliosis sin ninguno de estos síntomas, salvo los infrecuentes dolores de cabeza. Algunos niños pueden no tener síntomas perceptibles hasta la adolescencia o la edad adulta. En la adolescencia y la edad adulta, los problemas pueden incluir dolores de cabeza persistentes, dolor de cuello y debilidad y/o entumecimiento y hormigueo en brazos y piernas.
Los síntomas en adultos incluyen dolor de cuello, problemas de equilibrio, debilidad muscular, entumecimiento u otras sensaciones anormales en brazos o piernas, mareos, problemas de visión, dificultad para tragar, pitidos o zumbidos en los oídos, pérdida de audición, vómitos, insomnio o dolor de cabeza que empeora al toser, reír o hacer esfuerzos. La coordinación mano-ojo y la motricidad fina pueden verse afectadas. Los síntomas pueden cambiar con el tiempo en función de la acumulación de líquido cefalorraquídeo y de la presión sobre el cerebro, la médula espinal y los nervios.
El Dr. Gilmer afirma que «el tratamiento quirúrgico para corregir la compresión implica la extirpación de una parte del cráneo y, normalmente, de una parte de la vértebra C1. Las amígdalas cerebelosas suelen extirparse parcialmente. Siempre abrimos la cubierta del cerebro (duramadre) y utilizamos un injerto de expansión para hacer la duramadre más grande y dar al cerebro más espacio para expandirse».
«Sólo hace falta una persona para cambiar tu vida y estoy muy agradecida al Dr. Gilmer y al Michigan Head & Spine Institute», dice Amy.
Para remitir a un paciente para el diagnóstico de la malformación de Chiari o la evaluación para la cirugía de descompresión, llame al 248-784-3667.