Brrr: ¡hace frío! Entienda la temperatura corporal natural de su gato

Cuando ajusta la temperatura de su casa para mantenerse cómodo usted y su familia, probablemente no piense dos veces en su gato. Después de todo, si usted está cómodo, es probable que su gato también lo esté, ¿verdad?

Sin embargo, lo que mucha gente no sabe es que la temperatura corporal normal de un gato no es la misma que la de un humano. En realidad es unos cuantos grados más alta, lo que significa que, aunque usted se sienta cómodo en su casa, su gato podría no estarlo.

Entender cómo regula su gato su temperatura corporal puede ayudarle a que esté lo más cómodo posible durante todo el año.

¿Cuál es la temperatura corporal normal de un gato?

Mientras que la temperatura corporal central de un humano ronda los 98,6 grados Fahrenheit (37 grados Celsius), la temperatura corporal felina ideal es de unos 101,5 grados F (38,6 grados C). En realidad, la temperatura normal de los gatos puede oscilar entre 37,5 y 39,1 grados C (99,5 y 102,5 grados F).

Debido a que su temperatura central es más alta, los gatos suelen tolerar temperaturas externas ligeramente superiores a las nuestras, lo que significa que estarán más cómodos en el calor del verano. Sin embargo, es posible que pasen mucho más frío durante el invierno, sobre todo si se pone la calefacción más baja para ahorrar algo de dinero.

Afortunadamente, los gatos son notablemente buenos para regular su propia temperatura corporal utilizando la inteligencia y los procesos corporales. También tienen la costumbre de apretujarse en las zonas más cómodas de la casa durante todo el año; acurrucarse en pequeños espacios como cajas, debajo de las camas o incluso en los lavabos les ayuda a mantener su temperatura corporal estable mientras la temperatura exterior fluctúa.

Mantener a su gato cómodo durante todo el año

Aunque los gatos son bastante autosuficientes en lo que se refiere a la regulación de la temperatura corporal, hay algunas cosas que puede hacer en las estaciones de temperaturas extremas para facilitar este proceso a su gato.

Durante el invierno

Si vive en un lugar que hace mucho frío en los meses de invierno, asegúrese de proporcionar espacios para que su gato se caliente en toda la casa. Esto podría significar la compra de mantas y camas adicionales para gatos o incluso almohadillas eléctricas seguras para mascotas para que se acueste.

Además, permita que su gato tenga acceso a espacios pequeños y cálidos, como armarios, debajo de las camas o en cajas donde pueda acurrucarse y ponerse cómodo. Asegúrese de estar al tanto de dónde está su gato para que no se quede atrapado.

También puede abrir las persianas de su casa para crear espacios soleados en los que su gato pueda tumbarse y absorber los cálidos rayos. Por último, evite afeitar a su gato durante el invierno para que tenga una capa completa de pelo que lo aísle.

Durante el verano

En los meses cálidos del verano, los gatos son más autosuficientes ya que pueden soportar temperaturas más altas. Sin embargo, el calor extremo puede ser incómodo o peligroso para su gato, por lo que debe tener cuidado.

Permita a su gato entrar en zonas más frescas de la casa, como el sótano. Los gatos pueden refrescarse tumbándose en superficies con temperaturas diferentes a las de su cuerpo, como baldosas frías u hormigón.

Además, proporcione agua fácilmente accesible en todo momento en los diferentes niveles de la casa. Esto ayudará a su gato a mantenerse hidratado. Si su gato comienza a jadear, es una señal de que hace demasiado calor, por lo que debe mantenerlo en el interior y subir el aire acondicionado para ayudar a que se enfríe más rápido.

Entender las fiebres y la hipotermia en los gatos

Los gatos también son susceptibles de sufrir fluctuaciones extremas de la temperatura interna, como fiebres e hipotermia, si se ponen enfermos o se quedan atrapados en un espacio muy frío. Dado que la temperatura corporal de tu gato es bastante más alta que la tuya, deberás asegurarte de vigilarlo durante los periodos de fluctuaciones extremas de temperatura para que no se caliente ni se enfríe demasiado.

Hipotermia

Los gatos pueden sufrir hipotermia si se exponen a temperaturas muy frías durante demasiado tiempo. Se considera que los gatos tienen hipotermia si su temperatura central desciende por debajo del rango normal de unos 100 grados F (37,7 grados C). La hipotermia es más común en los gatos que salen al exterior durante el invierno.

Esta condición es extremadamente seria y podría ser fatal si no se trata inmediatamente. Algunos signos a los que hay que prestar atención son el temblor excesivo, el letargo y la piel fría, así como la palidez de las encías y la respiración superficial en los casos más graves.

Si su gato llega al interior desde el frío y está temblando o está frío al tacto, tome medidas inmediatas para calentarlo. Dada su elevada temperatura corporal, es posible que el ajuste de la calefacción de su casa no sea lo suficientemente alto como para calentar a su gato de forma natural. Envuelva a su gato en mantas y colóquelo en una almohadilla térmica para elevar su temperatura central.

Fiebre y temperaturas elevadas

Los gatos también pueden tener temperaturas corporales elevadas, bien causadas por temperaturas extremas en el exterior o por una fiebre debida a una enfermedad. Normalmente, la fiebre oscila entre los 102,6 y los 104 grados F (39,2 a 40 grados C). Si la fiebre de su gato es superior a 40 grados C (104,1 F), puede correr el riesgo de sufrir daños internos y complicaciones de salud más graves.

Si nota que su gato está aletargado, no come y muestra otros signos de enfermedad, utilice un termómetro rectal o lleve a su gato al veterinario para que lo examine. Es posible que tenga fiebre como consecuencia de una infección o un virus.

Mantenga a su gato cómodo y feliz

No basta con que preste atención a su propia comodidad durante las épocas de clima extremo: también debe vigilar la de su gato. Asegúrese de que su gato actúa con normalidad y no muestra ningún signo de tener demasiado calor o frío para mantenerlo sano y feliz.

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