Bursectomía

Las bursas sirven de acolchado y capa de deslizamiento cuando diferentes tejidos se rozan al moverse. Se localizan sobre todo cerca de las articulaciones. Se encuentran cómodamente bajo la piel en la articulación de la rodilla y el codo. No se pueden palpar en la articulación del hombro ni en la de la cadera.

Si una bursa se inflama, lo que se conoce como bursitis en términos médicos, se llena de líquido inflamatorio. Esto provoca dolor y con el tiempo da lugar a una calcificación de la bursa. Las bursas de la rodilla, delante de la rótula, en la rótula y en el codo son las más afectadas por la inflamación. Si un paciente sufre una bursitis recurrente o crónica, sólo puede curarse de forma permanente si se extirpa quirúrgicamente (bursectomía).

¿Qué preparativos se llevan a cabo antes de la intervención?

Antes de la intervención se realizan diferentes exámenes. Dependiendo del lugar en el que se encuentre la bursa inflamada, se realizan ecografías, radiografías o punciones de la bursa.

Los agentes antihemorrágicos se suspenden unos días antes. Como es habitual antes de las operaciones, también se realizan análisis de sangre, un ECG y mediciones de la presión arterial. Los pacientes deben tener el estómago vacío para la intervención.

¿Cómo se realiza la operación?

La bursectomía se realiza con anestesia general o local. Depende de dónde se encuentre la bursa inflamada. Si se encuentra en la articulación del hombro, se suele extirpar la bursa con un.

Si se encuentra en la articulación de la rodilla y en la del codo, se abre la piel sobre la bursa con una incisión. A continuación se extrae la bursa por completo y se cierra la herida quirúrgica.

La duración de la intervención y la estancia en el hospital tras una bursectomía dependen de la bursa que haya que extraer. La operación puede realizarse de forma ambulatoria.

¿Cuál es el porcentaje de éxito de esta intervención?

Los síntomas de la bursitis suelen solucionarse completamente con una bursectomía. A veces la bursitis puede reaparecer.

¿Cuáles son las posibles complicaciones y riesgos de este procedimiento?

Una bursectomía es un examen de bajo riesgo. Como en toda cirugía, la operación puede provocar ocasionalmente daños en los nervios o en los vasos sanguíneos, infecciones o trastornos en la cicatrización de la herida.

¿Qué ocurre después de la operación?

Después de una bursectomía, la articulación afectada suele descansar en una férula durante algún tiempo. Una banda de compresión elástica también debería evitar la hinchazón o las hemorragias. Los pacientes pueden empezar a ejercitar la articulación en cuestión desde el primer día después de la operación. Las personas que se han sometido a esta cirugía deben evitar esfuerzos físicos importantes durante las primeras cuatro a seis semanas. Dependiendo de la articulación afectada, los pacientes pueden estar de baja entre dos y cuatro semanas.

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