La carnitina es un aminoácido que tiene como función transportar los ácidos grasos hacia el interior de las mitocondrias -orgánulo celular que se encarga de suministrar la energía necesaria para la actividad celular-.
La carnitina también es conocida como L-carnitina o levocarnitina. Este aminoácido se obtiene sobre todo de los alimentos de origen animal -carnes o derivados lácteos- y de la producción del propio cuerpo.
¿Cómo funciona la carnitina?
Nuestro organismo se encarga de sintetizar las grasas para poder obtener energía de ellas y llevar a cabo las actividades diarias. Dentro de la mitocondria celular se transforma esta grasa en energía.
Los ácidos grasos de cadenas cortas o medianas -ácido aceitico, ácido propiónico, ácido valérico, ácido butírico, etc.- atraviesan la membrana mitocondrial interna. Sin embargo, los ácidos grasos de cadena larga -ácido palmítico, ácido esteárico y ácido oleico- necesitan de la carnitina para poder traspasar esa membrana hacia el interior de la célula mitocondrial.
Cuando el organismo utiliza altas dosis de carnitina favorece la utilización de grasas para ser transformadas en energía en lugar de usar los azúcares. Este proceso provoca una pérdida de materia grasa en el cuerpo. A la vez que reduce la fatiga muscular y el tiempo de recuperación tras el ejercicio.
La carnitina se produce en el hígado y en riñón a partir de la sintetización de los aminoácidos lisina y metionina. No es esencial su ingesta, salvo en condiciones especiales tales como estados de deterioro o enfermedades largas o medicación antiepiléptica.
Ingesta de carnitina
Generalmente, el cuerpo produce la carnitina suficiente para el correcto funcionamiento del organismo. Sin embargo, la administración de carnitina junto con el tratamiento de algunas enfermedades cardiovasculares y renales ha demostrado ser muy eficaz.
- Enfermedades cardiovasculares: infarto agudo de miocardio, necrosis de miocardio, arritmias.
- Enfermedades renales: trastornos hepáticos, cirrosis.
- Enfermedades mentales: alzhéimer, depresión senil, falta de memoria relacionada con la edad.
- Enfermedades metabólicas: diabetes, concentración elevada de colesterol relacionado con LDL, concentración elevada de triglicéridos.
- Problemas dermatológicos: oxidación de la piel por envejecimiento, cicatrices y estrías.
Sin embargo, es un médico el que debe prescribir la pauta y el tipo de carnitina a ingerir: L-carnitina, L-acetilcarnintina, etc. El consumo alto de este aminoácido puede derivar en un endurecimiento u obstrucción de las arterias, así como, enfermedades cardiovasculares.
Otras de las situaciones por las que se ingiere carnitina es por el aumento del rendimiento físico durante la actividad deportiva -debido a la rápida recuperación muscular- y por quemar grasas -incluyéndolo en dietas para obesos-.
La dosis diaria ingerida, para una persona sana, oscilan entre 500 miligramos y 2 gramos diarios. (L-carnitina comercializa en forma de acetil, propionil, tartrato, fumarato, HC1… y en forma de solución, cápsulas, tabletas o inyectables). Se recomienda que se divida la ingesta diaria en dos tomas.
Aunque su consumo por deportistas puede ser habitual, no existen estudios significativos que confirmen que tomar suplementos de L-carnitina produzca algún beneficio extra en el rendimiento físico.
Igualmente, los estudios demuestran que la inclusión de este suplemento en la dieta para quemar grasa es necesario complementarlo con ejercicio aeróbico para que pueda transportar la grasa, transformarla en energía y así quemar la grasa.