Carpo

Anatomía

El carpo está formado por las articulaciones antebraquiocarpiana, carpiana media y carpometacarpiana. Las articulaciones antebraquiocarpiana y carpiana media se consideran ginglymi, pero no son las típicas articulaciones de bisagra; la articulación carpometacarpiana es artrodial.1 También existen articulaciones artrodiales entre los huesos carpianos de cada fila respectiva. El movimiento efectivo del carpo se origina en las articulaciones antebraquiocarpiana y carpiana media. La articulación carpometacarpiana no se abre, pero está sometida a esfuerzos de cizallamiento. La articulación antebraquiocarpiana se encuentra entre la cara distal del radio y la fila proximal de huesos del carpo. La cara distal y dorsal del radio tiene ranuras profundas por las que discurren los tendones del extensor radial del carpo y de los músculos extensores digitales comunes. En flexión, los tendones comprimen la cara dorsal de la articulación antebraquiocarpiana, lo que limita la visibilidad cuando se realiza un examen artroscópico. La fila proximal de huesos del carpo incluye el hueso accesorio del carpo, que se articula con la cara distal del radio y el hueso cubital del carpo. El hueso carpiano accesorio forma el borde lateral del canal carpiano. De lateral a medial, los huesos cubital del carpo, intermedio del carpo y radial del carpo completan la fila proximal.

La articulación media del carpo se encuentra entre las filas proximal y distal de los huesos del carpo. El número de huesos de la fila distal varía, pero siempre incluye, de medial a lateral, el segundo, tercer y cuarto hueso del carpo. El primer hueso del carpo está presente de forma unilateral o bilateral en aproximadamente el 50% de los caballos1 y no debe confundirse en las radiografías con un fragmento osteocondral. El primer hueso del carpo se articula con el segundo hueso metacarpiano (McII) y el segundo hueso del carpo, y su presencia se asocia a menudo con áreas radiolúcidas en el McII. El quinto hueso carpiano es raro, pero si está presente es pequeño, se articula con el cuarto hueso carpiano y la cara proximal del cuarto hueso metacarpiano (McIV), y puede confundirse con un fragmento osteocondral. El segundo, tercer y cuarto hueso del carpo se articulan con el McII, el tercer hueso metacarpiano (McIII) y el McIV, respectivamente. La articulación del segundo hueso carpiano y el McII es más amplia que la del cuarto hueso carpiano y el McIV, por lo que el McII recibe una mayor carga, un hecho importante a tener en cuenta en las fracturas del McII y el McIV. El tercer hueso del carpo, el más grande de la fila distal, tiene dos fosas separadas por una cresta distinta, la intermedia (lateral) y la radial (medial). La fosa radial es más grande, recibe mayor carga y se lesiona con más frecuencia. El tercer hueso del carpo tiene forma de L y cuenta con una porción palmar grande y densa que rara vez se lesiona.

Los huesos del carpo se mantienen unidos por ligamentos intercarpianos, incluido el denso ligamento palmar del carpo del que surge el ligamento accesorio del tendón flexor digital profundo. Los fuertes ligamentos intercarpianos desempeñan un papel importante en la estabilidad, y se ha demostrado que los ligamentos intercarpianos palmares ofrecen más resistencia a la extensión del carpo que el ligamento palmar del carpo.2 Cuando se extirpan grandes fragmentos osteocondrales de las esquinas medial y lateral del tercer hueso del carpo, deben incidirse los ligamentos intercarpianos y las uniones capsulares. Estas uniones densas proporcionan estabilidad, lo que puede ser ventajoso cuando se reparan las fracturas en placas. El ligamento intercarpiano dorsomedial discurre entre la cara medial del segundo hueso del carpo y la cara dorsomedial del hueso radial del carpo,3 pero durante el examen artroscópico parece mezclarse con la cápsula articular. Se propuso la teoría de que el ligamento intercarpiano dorsomedial se hipertrofió y se clavó en la superficie articular del hueso radial del carpo, causando un modelado secundario en los caballos de carreras jóvenes y cojera.4 En estudios recientes de carpos normales se observó que el ligamento intercarpiano dorsomedial no estaba hipertrofiado ni se clavaba en el hueso radial del carpo. Existe una relación definida entre el desarrollo de condiciones patológicas en la cara distal del hueso radial del carpo y la fijación del ligamento intercarpiano dorsomedial, pero no he observado hipertrofia ni pinzamiento. La mayoría de los fragmentos osteocondrales del hueso radial del carpo se producen dentro o justo al lado del lugar de fijación del ligamento intercarpiano dorsomedial. Dado que el ligamento intercarpiano dorsomedial resiste el desplazamiento dorsomedial del hueso radial del carpo,3 este lugar es propenso a desarrollar fragmentos osteocondrales. En los carpos anormales, se ha observado una hipertrofia del ligamento intercarpiano dorsomedial, pero no existe correlación entre la hipertrofia y el daño del cartílago o del hueso subcondral.5

Los ligamentos intercarpianos palmar medial y lateral resisten el desplazamiento y disipan las fuerzas axiales permitiendo la traslación abaxial de los huesos del carpo.6,7 Los ligamentos colaterales medial y lateral, largos y cortos, se originan en el radio y se unen a las caras proximales del McII y el McIV, y a la superficie abaxial de los huesos del carpo, respectivamente. Los ligamentos colaterales proporcionan la mayor resistencia al desplazamiento dorsal de la hilera proximal de los huesos del carpo durante la carga experimental, pero los pequeños pero importantes ligamentos intercarpianos palmar contribuyen con un 23% de resistencia.2 El ligamento intercarpiano palmar lateral se adhiere principalmente en la parte proximal del hueso cubital del carpo y en la parte distal del tercer hueso del carpo, y puede estar dividido,3 hallazgos diferentes a los comunicados anteriormente, según los cuales la fijación distal estaba principalmente en el cuarto hueso del carpo.8 El ligamento intercarpiano palmar medial tiene cuatro haces que varían en tamaño, y discurre entre el hueso radial del carpo en sentido proximal y la superficie palmaromedial del tercer hueso del carpo y la superficie palmarolateral del segundo hueso del carpo en sentido distal.3 El desgarro del ligamento intercarpiano palmar medial y, en menor medida, del ligamento intercarpiano palmar lateral se ha observado en caballos con enfermedad del carpo y recientemente se ha propuesto que está asociado a daños en el cartílago y el hueso subcondral (véase la siguiente discusión).8,9

El carpo tiene una densa cápsula articular dorsal que se mezcla con la fascia y el retináculo suprayacentes. La membrana sinovial de los caballos jóvenes suele estar engrosada o plegada dorsalmente en la articulación media del carpo y puede interferir con la visibilidad durante la cirugía artroscópica. Este pliegue parece suavizarse a medida que los caballos envejecen o cuando se desarrolla la artrosis. La fascia antebraquial se mezcla con el retináculo que funciona para contener los tendones extensores. El retináculo se engrosa y forma los bordes medial y palmar del canal carpiano. El retináculo palmar se secciona a veces en caballos con tenosinovitis y tendinitis del carpo (véase el Capítulo 75). Las consideraciones anatómicas y las lesiones de los tendones flexores y extensores se tratan en otro lugar (véanse los capítulos 69 y 77). Los tendones del extensor radial del carpo y del extensor digital común, situados dorsal y dorsolateralmente, respectivamente, limitan la palpación del carpo y restringen el acceso. Las cápsulas articulares antebraquiocarpianas y medias distendidas pueden palparse medialmente al tendón del extensor radial del carpo o entre los tendones del extensor radial del carpo y del extensor digital común en un caballo de pie. La artrocentesis y el examen artroscópico requieren una colocación cuidadosa de las agujas y los instrumentos en estos portales para evitar lesiones en los tendones y las vainas. Estos portales pueden percibirse fácilmente como depresiones distintas cuando se flexiona el carpo. El tendón extensor digital lateral enfundado, situado en la cara lateral, debe evitarse durante la artrocentesis de las bolsas palmarolaterales. El tendón del extensor carpi obliquus enfundado es pequeño y pasa oblicuamente sobre la articulación antebraquiocarpiana de lateral a medial para unirse al McII. Este tendón puede verse fácilmente en sentido medial durante el examen artroscópico de la articulación antebraquiocarpiana. La tenosinovitis extensora debe diferenciarse del derrame de la articulación carpal media y antebraquiocarpiana y del higroma. Las articulaciones antebraquiocarpiana y carpiana media tienen cada una una salida palmarolateral y palmaromedial a través de las cuales se puede realizar la artrocentesis y la evaluación artroscópica. A menos que estén muy distendidas, las bolsas palmarolaterales son más grandes que las correspondientes bolsas palmaromediales. La bolsa palmarolateral de la articulación antebraquiocarpiana está muy cerca de la vaina del carpo, y puede producirse una penetración inadvertida de la vaina del carpo durante la artrocentesis o el examen artroscópico incluso cuando la bolsa palmarolateral está distendida.

El conocimiento de las comunicaciones y los límites de las articulaciones del carpo es importante para comprender la extensión de los procesos de la enfermedad y los resultados de la analgesia diagnóstica (véase el capítulo 10). La articulación antebraquiocarpiana se considera solitaria, aunque en un solo espécimen de un estudio en cadáver la articulación se comunicaba con las articulaciones carpal media y carpometacarpiana.10 En algunos caballos aparece una comunicación entre la articulación antebraquiocarpiana y la vaina del carpo. Las articulaciones carpal media y carpometacarpiana siempre se comunican (véanse las figuras 10-8 a 10-10Figura 10-8Figura 10-9Figura 10-10). La comunicación entre las articulaciones carpiana media y carpometacarpiana y la vaina carpiana es rara. La articulación carpometacarpiana tiene distintas salidas distopalmar situadas axialmente al McII y al McIV que tienen bolsas secundarias interdigitadas dentro del aspecto proximal del ligamento suspensorio (LS). Estos surcos explican la analgesia inadvertida de la articulación carpometacarpiana y del carpo medio al realizar una analgesia palmar alta y posiblemente por qué la cojera disminuye durante la analgesia del carpo medio en caballos con fracturas por avulsión de la cara proximopalmar de la McIII o desmitis suspensoria proximal.11

Deja un comentario