Catalina de Braganza, (nacida el 25 de noviembre de 1638, Vila Viçosa, Puerto.-muerta el 31 de diciembre de 1705, Lisboa), esposa católica portuguesa del rey Carlos II de Inglaterra (gobernó entre 1660 y 85). Empeñada en tratos diplomáticos e intrigas antipapales, se casó con Carlos como parte de una importante alianza entre Inglaterra y Portugal.
El padre de Catalina se convirtió en el rey Juan IV de Portugal en 1640. Su matrimonio, que tuvo lugar en mayo de 1662, aportó a Inglaterra valiosos privilegios comerciales y las ciudades portuarias de Tánger (en Marruecos) y Bombay. A cambio, Inglaterra se comprometió a ayudar a Portugal a mantener su independencia de España.
La joven reina tenía poco encanto personal y, a pesar de su profundo afecto por Carlos, éste le prestaba menos atención que a sus amantes. Cuando se hizo evidente que no daría a luz al rey, los oponentes de su hermano, Jacobo, duque de York, le instaron a divorciarse de ella con la esperanza de que Carlos pudiera ser inducido a casarse con un protestante. En 1678, acusaron a Catalina de haber planeado envenenar al rey y colocar a su hermano Jacobo, católico romano, en el trono. Pero Carlos, que nunca dudó de la inocencia de su esposa, la apoyó hasta que fue absuelta de los cargos. Catalina ayudó a convertir a Carlos a la Iglesia Católica Romana poco antes de su muerte en 1685, y en 1692 regresó a Portugal. En 1704 se convirtió en regente de Portugal para su hermano enfermo, el rey Pedro II.