El vapor es inflamable y narcótico, por lo que requiere cuidado.
El monocloroetano es el menos tóxico de los cloroetanos. Al igual que otros hidrocarburos clorados, es un depresor del sistema nervioso central, aunque menos potente que muchos compuestos similares. Las personas que respiran sus vapores con una concentración inferior al 1% en el aire no suelen experimentar síntomas. En concentraciones del 3% al 5%, las víctimas suelen presentar síntomas similares a los de la intoxicación por alcohol. Respirar sus vapores a una concentración del >15% suele ser mortal, pero la mayoría de los recipientes manuales disponibles en el mercado contienen un total del 30% por volumen de vapores concentrados que se dispersan de forma natural en el aire exterior.
Si se exponen a concentraciones superiores al 6% o al 8%, las víctimas suelen mostrar una respiración superficial, pérdida de conciencia y disminución del ritmo cardíaco. Se les puede despertar (hacer volver en sí) con un contacto físico o un ruido fuerte. En este punto se aconseja retirar la zona de exposición para recuperar la conciencia. Los efectos a largo plazo de la exposición durante un período de 4 o más horas causarán efectos secundarios similares a la resaca alcohólica con deshidratación, mareos, pérdida de visión clara y pérdida temporal de la conciencia, que puede durar una hora o más. Si deja de estar expuesta al gas, la víctima recuperará su salud rápidamente. Esto puede ayudarse con la ingesta de líquidos, vitaminas y azúcares adicionales.
La sobreexposición tóxica comienza a partir de concentraciones del 9% al 12%, el ritmo cardíaco desciende aún más, la víctima puede tener una respiración más superficial o dejar de respirar por completo, no responden a ningún estímulo exterior y pueden comenzar a jadear, eructar o vomitar involuntariamente, lo que puede provocar una aspiración si la víctima no se pone de lado. Esto constituye una emergencia médica y requiere una actuación rápida. Se aconseja trasladar a la víctima al aire libre y administrarle una respiración forzada para que purgue los pulmones de los gases tóxicos. Si la víctima se recupera lo suficientemente rápido, puede no ser necesaria la hospitalización, pero requerirá un examen médico para asegurarse de que no se han producido daños en los órganos.
A partir de una concentración de >12%, el corazón, los pulmones y los riñones de la víctima comienzan a fallar. Puede ser necesaria una reanimación cardiopulmonar inmediata seguida de medidas de apoyo médico para evitar un fallo renal, pulmonar y cardíaco fatal.
Los estudios sobre los efectos de la exposición crónica al cloruro de etilo en animales han dado resultados inconsistentes, y no existen datos sobre sus efectos a largo plazo en los seres humanos. Algunos estudios han informado de que la exposición prolongada puede producir daños en el hígado o el riñón, o cáncer de útero en ratones, pero estos datos han sido difíciles de reproducir.
Aunque el cloroetano no está clasificado en cuanto a su carcinogenicidad para los seres humanos específicamente, la información reciente sugiere un potencial carcinógeno y ha sido designado como categoría A3 de la ACGIH, carcinógeno animal confirmado con relevancia desconocida para los seres humanos. En consecuencia, el Estado de California lo ha incorporado a la Propuesta 65 como carcinógeno conocido. No obstante, se sigue utilizando en medicina como anestésico local.
Droga recreativaEditar
El cloroetano es una droga inhalante recreativa, aunque no debe confundirse con un plumero o aire enlatado, que está compuesto por hidrocarburos fluorados de bajo peso como el tetrafluorometano, el clorodifluorometano u otro gas similar.
- En Brasil, es una droga tradicional (aunque ilegal) que se toma durante el Carnaval, conocida localmente como «lança-perfume»
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