Agradecimiento es la acción y el efecto agradecer, verbo integrado por el prefijo de aproximación «a «y por «grado», del latín «gratus» en el sentido de grato o placentero.
Se denomina agradecimiento a la manifestación de aprecio hacia algo bueno que nos han dado: un consejo o una ayuda espiritual o material. El agradecimiento puede expresarse de muchas formas: con palabras, con gestos y actitudes, o con otras acciones compensatorias, equivalentes o no al favor recibido.
A veces consiste en un simple «gracias» como la señal más común y poco retributiva, que se da por pequeños favores o como muestras de gentileza: «Me dijo gracias cuando le cedí el asiento», «Le di permiso para pasar y me dijo gracias» o «le deseé suerte y me contestó, gracias».
Ejemplos de agradecimientos sinceros y valiosos: «El agradecimiento del joven desempleado hacia la señora que le brindó alojamiento mientras conseguía trabajo se tradujo en una gran ayuda en las tareas del hogar», «El agradecimiento hacia mis maestros que tanto me enseñaron es llevarlos siempre en mi corazón», «Fue tanto el agradecimiento del anciano hacia la familia que lo cuidó que los nombró sus herederos», «El agradecimiento del jefe hacia su empleado por tantos años de servicios prestados se manifestó en una hermosa fiesta que le brindó cuando se jubiló», o «Si alguien no siente agradecimiento hacia quien le brindó su ayuda no tiene un alma noble».
El que da agradecimiento muestra su humildad, el reconocimiento al otro por su ayuda; y a la vez, la necesidad de compensarlo o retribuirlo de algún modo por haber dedicado tiempo o esfuerzo hacia otra persona.
El agradecimiento también puede ser hacia Dios, que se expresa en forma de oraciones, ayunos, peregrinaciones, etcétera o hacia la vida misma, lo que puede traducirse en felicidad o expresiones literarias o artísticas: «Los fieles en agradecimiento peregrinaron hacia el santuario» o «Escribió una canción en agradecimiento a lo que el destino le tenía preparado, que era todo muy bueno». En este último sentido la letra de la canción «Gracias a la vida» de la cantautora chilena Violeta Parra es un agradecimiento especialmente a todos los sentidos y funciones de su cuerpo y a su pensamiento. Sin embargo, y a pesar de estas declaraciones, Violeta Parra se suicidó.