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La Cultura y el Imperio Idirano están en guerra en un conflicto que abarca toda la galaxia. Una Mente de la Cultura, huyendo de la destrucción de su nave en una emboscada idirana, se refugia en el Mundo de Schar. Los Dra’Azon, seres divinos e incorpóreos, mantienen el Mundo de Schar como un monumento a la extinta civilización del mundo y a los peligros de la proliferación nuclear, prohibiendo el acceso tanto a la Cultura como a los Idiranos. Horza, un mercenario que cambia de forma, es rescatado de la ejecución por los idiranos, que creen que el guardián Dra’Azon puede permitirle entrar en el planeta, ya que en el pasado formó parte de un pequeño grupo de Cambiadores que actuaron como administradores. Le ordenan que recupere la Mente.

Durante la extracción de Horza, los idiranos también capturan a un agente de Circunstancias Especiales, Perosteck Balveda. Sin embargo, la nave estelar idirana en la que viaja es pronto atacada por una nave de la Cultura, y Horza es expulsado. Es recogido por una nave pirata, la Clear Air Turbulence (CAT). Se ve obligado a luchar y matar a uno de los tripulantes para ganarse un puesto. El capitán, Kraiklyn, los conduce en dos desastrosas incursiones piratas en las que perecen varios miembros de la tripulación. Tras la segunda incursión, Horza es hecho prisionero por una secta que vive en una isla de la órbita de Vavatch. Escapa tras envenenar al líder de la secta y se dirige a Evanauth, la ciudad principal de Vavatch, donde encuentra a Kraiklyn, que está jugando a «Damage», un juego de cartas de alto riesgo.

Habiendo cambiado ahora su apariencia para imitar la del capitán del CAT, Horza lo sigue de vuelta al CAT, lo mata y vuelve al CAT reuniéndose con los pocos tripulantes originales que quedan. Le presentan a un miembro recién reclutado, al que reconoce como un Perosteck Balveda disfrazado. Los agentes culturales del exterior intentan capturar la nave. Horza consigue despegar y, mientras los fugitivos se alejan de Vavatch, ven cómo la Orbital es destruida por las naves de guerra de la Cultura para evitar que caiga en manos del enemigo. Balveda revela la identidad de Horza y éste convence a la tripulación para llevar a cabo su misión. Un dron Vavatch sensible, Unaha-Closp, ha quedado atrapado en la nave y se une al equipo a regañadientes.

Aterrizan en el Mundo de Schar y buscan la Mente en el Sistema de Mando, un complejo de estaciones de tren subterráneas que antiguamente formaban parte de un complejo de misiles nucleares. Estas fueron construidas por los habitantes de Schar antes de su extinción. Pronto descubren que la Mente está siendo perseguida por un par de soldados idiranos que han matado a todos los cambiadores estacionados en el planeta, y que consideran a Horza y a su tripulación como enemigos, sin tener conocimiento de la alianza de los cambiadores con los idiranos. Horza ha mantenido viva a Balveda, que es llevada al complejo. La tripulación del CAT se encuentra con los idiranos en una de las estaciones del Sistema de Mando, y tras un tiroteo aparentemente matan a uno y capturan al otro. Tras rastrear a la Mente hasta otra estación, el dron Unaha-Closp la descubre escondida en el vagón reactor de un tren del Sistema de Comando. El segundo Idiran, que había sido herido mortalmente pero no muerto, pone uno de los trenes en rumbo de colisión hacia la estación. El idirano capturado, Xoxarle, se libera y en el subsiguiente impacto y tiroteo mueren los restantes miembros de la Turbulencia del Aire Claro. Horza persigue a Xoxarle y resulta mortalmente herido, pero el idirano es asesinado por Balveda.

Horza muere poco después de que Balveda lo lleve a la superficie y la Mente es devuelta a la Cultura. En un epílogo, la Mente se convierte en una nave estelar, y se autodenomina Bora Horza Gobuchul.

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