El Coppelia de La Habana es un edificio modernista de la Revolución Cubana de 1966. Presenta cinco discos de granito blanco anexos a una gran escalera helicoidal, con paneles divisorios de madera y vidrio tintado, todo bajo un gran techo redondo sostenido por doce columnas arácnidas de hormigón armado. El edificio en forma de platillo volante representa un ovni que ha aterrizado en La Habana y es una de las mayores heladerías del mundo. Con capacidad para un máximo de 1.000 comensales, está situada en la parte de la calle 23 conocida como La Rampa, en el barrio del Vedado, y ocupa toda la manzana de la ciudad entre las calles 23 y 21, y las calles K y L. Coppelia ha sido un importante punto de referencia de la ciudad, tanto para los lugareños como para los visitantes, desde su apertura en 1966, pero adquirió una fama adicional cuando apareció en una de las películas cubanas más vistas, Fresa y Chocolate.
Coppelia se construyó originalmente en un proyecto liderado por Fidel Castro para introducir su amor por los productos lácteos a la población cubana, creando la empresa Coppelia para producir esos productos. El objetivo original era producir más sabores de helado que las grandes marcas americanas, comprando las mejores máquinas de Holanda y Suecia. La que fuera secretaria de Fidel durante muchos años, Celia Sánchez, bautizó Coppelia en honor a su ballet favorito Coppélia.
El solar de Coppelia Habana lo ocupaba originalmente el Hospital Reina Mercedes, que funcionó desde 1886 hasta 1954, cuando fue demolido. Originalmente, había planes para construir otro hospital en el sitio, pero los planes cambiaron más tarde y se iba a construir un rascacielos de 50 pisos en el sitio, pero todos estos planes se cayeron. A continuación, un pabellón de promoción turística, el Parque INIT, ocupó el lugar, luego el Centro Recreativo Nocturnal, antes de que Coppelia lo ocupara finalmente.
Mario Girona fue el arquitecto del nuevo palacio de los helados construido en el lugar en 1966. El edificio estaba influenciado por el modernismo biomórfico de modernistas italianos, mexicanos y sudamericanos como Pier Luigi Nervi, Félix Candela y Oscar Niemeyer, que vieron la oportunidad de dejar atrás las formas rectangulares de los rascacielos de acero y utilizar la plasticidad del hormigón armado. La ideología populista contribuyó a configurar el diseño y el uso del espacio público.
La zona del parque que rodea el edificio cuenta con una exuberante cubierta vegetal y un dosel de altísimos árboles Banyan que dan sombra a las zonas de comedor al aire libre. Caminos curvilíneos conducen a un pabellón circular elevado en cuyo interior se encuentran los únicos asientos interiores.
En marzo de 2012 Venezuela anunció planes de cooperación con Cuba para construir una planta de helados Coppelia en el país e introducir la venta del producto allí. En abril de ese mismo año el periódico cubano Trabajadores publicó un artículo en el que se exponía la escasez y mala calidad del producto, así como la falta de atención en la heladería, a pesar de las renovaciones realizadas recientemente. Entre los problemas estaban los congeladores rotos.