El corte es la separación o apertura de un objeto físico, en dos o más porciones, mediante la aplicación de una fuerza agudamente dirigida.
Los instrumentos comúnmente utilizados para cortar son el cuchillo y la sierra, o en medicina y ciencia el bisturí y el microtomo. Sin embargo, cualquier objeto suficientemente afilado es capaz de cortar si tiene una dureza suficientemente mayor que el objeto a cortar, y si se aplica con suficiente fuerza. Incluso los líquidos pueden utilizarse para cortar cosas cuando se aplican con la fuerza suficiente (véase cortador de chorro de agua).
El corte es un fenómeno de compresión y cizallamiento, y sólo se produce cuando la tensión total generada por el instrumento de corte supera la resistencia última del material del objeto que se corta. La ecuación aplicable más sencilla es:
esfuerzo = área de fuerza {{displaystyle}}={{text}{fuerza}} \sobre {\texto{área}}}}} {\displaystyle {\text{stress}}={{\text{force}} \o τ = F A {{displaystyle}} = {{frac {F}{A}}
La tensión generada por un implemento de corte es directamente proporcional a la fuerza con la que se aplica, e inversamente proporcional al área de contacto. Por lo tanto, cuanto menor sea el área (es decir, cuanto más afilado sea el implemento de corte), menor será la fuerza necesaria para cortar algo. En general, se observa que los filos son más finos para cortar materiales blandos y más gruesos para materiales más duros. Esta progresión se ve desde el cuchillo de cocina, a la cuchilla, al hacha, y es un equilibrio entre la acción de corte fácil de una hoja fina frente a la fuerza y la durabilidad del borde de una hoja más gruesa.