¿Alguna vez has tenido la sensación de predecir con exactitud el momento en que el semáforo iba a ponerse en verde o has intuido que el timbre de la puerta estaba a punto de sonar? Imagine la posibilidad de que estos momentos de clarividencia se produzcan simplemente por un fallo en los registros de tiempo de su mente.
¿Qué ocurrió primero: su pensamiento sobre el timbre o su sonido real? Puede parecer que el pensamiento fue primero, pero cuando dos acontecimientos (el timbre de la puerta, el pensamiento sobre el timbre de la puerta) ocurren cerca, podemos confundir su orden. Esto nos lleva a tener la sensación de que predecimos con exactitud el futuro cuando, en realidad, lo único que hicimos fue fijarnos en el pasado.
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Suponemos que si algunas personas son propensas a mezclar el orden de sus pensamientos y percepciones de esta manera, podrían desarrollar una serie de creencias extrañas. Lo más obvio es que pueden llegar a creer que son clarividentes o psíquicos, que tienen la capacidad de predecir cosas como si va a llover. Además, estos individuos podrían confabular -inventar inconscientemente- explicaciones de por qué tienen estas habilidades especiales, deduciendo que son particularmente importantes (incluso divinas) o que están aprovechando fuerzas mágicas que trascienden el mundo físico.
Estas creencias son características de la psicosis, que se observan en enfermedades mentales como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, pero no son raras en formas menos extremas en la población general. ¿Sería más probable que incluso las personas normales que miden mal sus pensamientos y percepciones tengan ideas similares a las delirantes?
Lea la historia completa: The Washington Post
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