A lo largo de la historia, algunas personas han sentido la necesidad de romper la ley para luchar contra la injusticia. El Ferrocarril Subterráneo y la Resistencia Francesa son ejemplos de personas que infringen la ley para combatir la injusticia. PETA es una organización de activistas legales, pero somos conscientes de que otros grupos tienen métodos diferentes y tratamos de no condenar ningún esfuerzo en nombre de los animales en el que no se haga daño a nadie. «El ALF», que es simplemente el nombre adoptado por las personas que actúan ilegalmente en nombre de los derechos de los animales, rompe objetos inanimados como dispositivos estereotáxicos y decapitadores para salvar vidas. Quema edificios vacíos en los que se tortura y mata a los animales. Las «redadas» del ALF han proporcionado pruebas de crueldades horribles que no se habrían descubierto o creído de otra manera.
Han dado lugar a la presentación de cargos penales por parte de los funcionarios contra los laboratorios, a la citación de los experimentadores por violaciones de la Ley de Bienestar Animal y, en algunos casos, al cierre definitivo de los laboratorios abusivos. A menudo, las redadas del ALF han ido seguidas de una amplia condena científica de las prácticas que se llevan a cabo en los laboratorios en cuestión. Cualquiera puede ser activista. No hace falta ninguna habilidad especial ni capacidades sobrehumanas. Sólo hay que preocuparse lo suficiente por los animales como para querer ayudarlos.