Mientras que algunas personas se levantan al amanecer para atarse las zapatillas de correr, otras no conciben un entrenamiento antes del mediodía.
Encontrar el momento perfecto para hacer ejercicio tiene que ver tanto con las preferencias personales como con la fisiología. Se supone que el ejercicio debe ser placentero, pero si los músculos están tensos por la mañana o hacer ejercicio demasiado tarde interrumpe el sueño, puede ser contraproducente.
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Ventajas de la tarde
Mucha gente pregona los beneficios de las sesiones de sudor a primera hora de la mañana, pero si no puedes hacer ejercicio antes del mediodía, no te preocupes. Las investigaciones sugieren que el cuerpo podría adaptarse a las citas regulares en el gimnasio, de modo que si vamos a la sala de pesas todos los días a las 4 de la tarde, con el tiempo podríamos rendir mejor a esa hora que a cualquier otro momento del día.
Estos hallazgos son similares a investigaciones anteriores, que sugieren que ceñirse a una hora específica de entrenamiento puede resultar en un mejor rendimiento, un mayor consumo de oxígeno y un menor agotamiento percibido. Pero programar un entrenamiento es más complicado que elegir un número en el reloj.
La temperatura central del cuerpo es un factor importante para determinar la calidad del ejercicio. Un cuerpo frío deja los músculos rígidos, ineficaces y susceptibles de sufrir esguinces, mientras que las temperaturas corporales más altas dejan los músculos más flexibles.
La temperatura corporal suele aumentar a lo largo del día, por lo que la fuerza y la resistencia muscular pueden alcanzar su punto máximo al final de la tarde, cuando la temperatura corporal es más alta. Por la tarde también es cuando el tiempo de reacción es más rápido y el ritmo cardíaco y la presión arterial son más bajos, todo lo cual se combina para mejorar el rendimiento y reducir la probabilidad general de lesiones.
Los niveles hormonales también son importantes para determinar el momento óptimo de entrenamiento. La testosterona es importante para el crecimiento muscular y la fuerza, en damas y caballeros. Y el cuerpo produce más testosterona durante el entrenamiento de resistencia a última hora de la tarde que durante los entrenamientos matutinos. Además, la hormona del estrés, el cortisol, que contribuye al almacenamiento de grasa y a la reducción del tejido muscular, alcanza su punto máximo por la mañana y disminuye a lo largo del día y durante el ejercicio. Pero, si eres madrugador, anímate: Los entrenamientos matutinos también pueden tener éxito.
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