Cyrus, como palabra en español, es la forma latinizada del griego Κῦρος, Kȳros, del persa antiguo 𐎤𐎢𐎽𐎢𐏁 Kūruš. Según las inscripciones, el nombre se refleja en el elamita Kuraš, el babilónico Ku(r)-raš/-ra-áš y el arameo imperial kwrš. La forma persa moderna del nombre es Kourosh.
La etimología de Ciro ha sido y sigue siendo un tema de discusión entre historiadores, lingüistas y estudiosos de la iranología. El nombre persa antiguo «kuruš» se ha interpretado de varias formas, desde «el Sol», «como el Sol», «joven», «héroe» hasta «humillador del enemigo en la contienda verbal» y el «kuraš» elamita se ha traducido como «el que otorga cuidados».
El nombre ha aparecido en muchos monumentos e inscripciones en persa antiguo. También hay constancia de una pequeña inscripción en Morghab (suroeste de Irán) en la que aparece la frase (adam kūruš xšāyaƟiya haxāmanišiya) en persa antiguo que significa (yo soy Ciro el rey aqueménico). Tras una discutible propuesta del lingüista alemán F. H. Weissbach de que Darío el Grande fue el primero en inscribir en persa, algunos eruditos habían llegado a la conclusión de que la inscripción de Morghab se refería a Ciro el Joven. Esta propuesta fue el resultado de una falsa interpretación de un pasaje del párrafo 70 de la inscripción de Behistun de Darío el Grande. Basándose en muchos argumentos, la teoría aceptada entre los eruditos modernos es que la inscripción sí pertenece a Ciro el Grande.
Hay interpretaciones del nombre de Ciro por parte de autores clásicos que se identifican con la palabra persa para «Sol» o se refieren a ella. El historiador Plutarco (46 – 120) afirma que «el sol, que en la lengua persa se llama Ciro». También el médico Ctesias, que sirvió en la corte del rey persa Artajerjes II de Persia, escribe en su libro Persica, resumido por Fotios, que el nombre Ciro procede de la palabra persa «Khur» (el sol). Sin embargo, los estudiosos modernos no lo aceptan.
En cuanto a la etimología del persa antiguo kuruš, los lingüistas han propuesto varias etimologías basadas en las lenguas iraníes, así como en las no indoeuropeas. Según Tavernier, el nombre kuraš, atestiguado en textos elamitas, es probablemente «la forma original», ya que no hay ninguna grafía elamita o babilónica ku-ru-uš en las transcripciones del persa antiguo ku-u-r(u)-u-š. Es decir, según Tavernier, kuraš es un nombre elamita y significa «otorgar cuidados». Otros, como Schmitt, Hoffmann sostienen que el persa kuruš, que según Skalmowsky, puede estar relacionado con (o ser un préstamo de) el IE kúru- del índico antiguo puede dar una etimología del elamita kuraš. En este sentido, el persa antiguo kuruš se considera con las siguientes etimologías: Una propuesta es discutida por el lingüista Janos Harmatta que se refiere a la raíz iraní común «kur-» (nacer) de muchas palabras en las lenguas iraníes antiguas, medias y nuevas (por ejemplo, el kurdo). En consecuencia, el nombre Kūruš significa «joven, juventud…». Se han propuesto otras etimologías iraníes. La propuesta india de Skalmowsky se reduce a «hacer, cumplir». Otra teoría es la sugerencia de Karl Hoffmann de que kuruš desciende a una derivación -ru de la raíz IE *(s)kau que significa «humillar» y, en consecuencia, «kuruš» (de ahí «Cyrus») significa «humillador (del enemigo en una contienda verbal)».
Personas y personajes de ficción llamados Cyrus incluyen: