Dave Grohl se ha sincerado sobre cómo el legado de Nirvana alimentó el destino de Foo Fighters.
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El líder de los Foos formó el grupo de rock en 1995, después de que Nirvana se disolviera tras la muerte de Kurt Cobain en 1994.
Grohl -que tocaba la batería en Nirvana- dice que nunca le preocupó la reacción negativa que recibió de los fans del grupo y que, en cambio, canalizó sus frustraciones como motivación.
«Decían: ‘¿Cómo te atreves a estar de nuevo en una banda? Tu música es una puta mierda y aquella era una banda de verdad y tú no lo eres'», explicó Grohl. «Es como, ‘¿Realmente crees que eso me va a detener? Sólo me hace querer hacerlo más, ¿sabes? Así que puedes seguir haciéndolo si quieres, pero me importa un carajo».
Pero mientras Foo Fighters se preparan para lanzar su décimo álbum a finales de este año, Grohl admite que Nirvana siempre actuó como una «ventaja» para su seguimiento.
«Nunca he tenido miedo de decir que si no fuera por Nirvana, los Foo Fighters no estarían en la misma posición en la que estamos ahora», dijo a Mojo. «Tuvimos la ventaja desde el principio de que había un interés en la banda debido a eso. Quiero decir, es obvio».
Sus comentarios llegan después de que Grohl confirmara recientemente que el nuevo álbum de Foo Fighters está terminado.
«Acabamos de terminar de grabar un disco», dijo. «Algunas de esas canciones, las mejores ocurren en 45 minutos. Luego hay otras canciones – hay un riff en el nuevo disco en el que he estado trabajando durante 25 años. La primera vez que hice una demo fue en mi sótano en Seattle».
El frontman se burló previamente de que la continuación de ‘Concrete & Gold’ de 2017 será «jodidamente rara».
También se vieron obligados recientemente a posponer su gira de 25 aniversario por Estados Unidos debido al coronavirus.