Concientizar a una persona implica hacerle tomar conciencia de un asunto determinado, mostrarle una verdad a través del diálogo y hacerle reflexionar sobre un asunto concreto. Una persona se conciencia de algo cuando se ha mentalizado de ello, es decir, cuando es consciente de las consecuencias que tienen sus actos. Tomar conciencia de algo implica vivir de una forma consciente, es decir, buscando la profundidad de la realidad. Una profundidad que es incompatible cuando una persona vive desde el plano de la superficialidad.
A nivel vital, es importante ser consciente de quién eres, qué es importante para ti, qué es lo que de verdad te hace feliz, quiénes son las personas más importantes de tu vida, cómo te gustaría que fuese tu futuro a corto plazo y cuáles son los valores que rigen tu existencia en coherencia con la ética personal y la paz interior.
Para tomar conciencia de determinada realidad también es fundamental tener un grado de madurez determinado. Dentro del proceso de aprendizaje propio del vivir, vamos tomando conciencia de nuevas áreas en función de la edad. Por ejemplo, un niño pequeño no es consciente de lo que significa morir mientras que un adulto sí que lo es.
Tomar conciencia no siempre es sencillo porque la realidad puede romper con las expectativas personales. Así ocurre por ejemplo en el amor cuando muchas personas se generan falsas expectativas a sí mismas ante el dolor que produce tomar conciencia de un amor no correspondido. Sin embargo, solo cuando observamos la realidad tal y como es, es decir, solo cuando tomamos conciencia de un asunto, somos capaces de vivir de verdad en letras mayúsculas buscando la sabiduría como un motor fundamental.
Tomar conciencia de algo, es decir, conocer la verdad de un asunto también te permite tomar decisiones de una forma más efectiva. Decisiones que conecten con tu verdadera felicidad. No ser consciente de algo implica ignorar un asunto determinado.
En ocasiones, asumir una realidad y tomar conciencia de ella, implica asumir que el dolor forma parte de la vida. Es decir, aceptar determinadas realidades duele pero produce más dolor todavía vivir en la ignorancia de no conocerte a ti mismo y de no saber quién eres. Por esta razón, es muy importante tener la mente abierta, ser observador, practicar la escucha activa y meditar sobre los asuntos importantes de la existencia para elevar el nivel de conciencia.