Los cangrejos herradura son pequeños bichos de aspecto extraño y discreto que desempeñan un papel clave en el desarrollo de vacunas y medicamentos que salvan vidas. Las empresas farmacéuticas los recogen por cientos de miles, les conectan una vía intravenosa entre sus cuerpos chapados y les drenan su sangre azul de aspecto extraterrestre. ¿Un caso de evolución descabellada? En realidad, los cangrejos de herradura han tenido este aspecto durante millones de años.
Los cangrejos de herradura han sufrido poca evolución morfológica durante sus 480 millones de años de historia: los registros fósiles muestran que prácticamente no han cambiado. «Contemplar un cangrejo herradura es vislumbrar un mar prehistórico del Ordovícico de hace casi 500 millones de años», escriben los biólogos evolucionistas Alexander J. Werth y William A. Shear.
Estos artrópodos de aspecto antiguo también se conocen como «fósiles vivientes», un término que ofrece muchas posibilidades de error. Los fósiles vivientes, vivos en la actualidad, tienen un aspecto casi idéntico al de sus antepasados fosilizados. El término, acuñado por Charles Darwin en 1859, también se refiere a criaturas de aspecto tan antiguo como las lampreas, los peces pulmonados, los licopodios y los celacantos. Así que, con sólo mirar, y sin información genética, es fácil suponer que los cangrejos de herradura, y otros fósiles vivientes, simplemente han estado navegando por la vida sin ser tocados por las manos de la evolución.
Pero los estudios moleculares desmontan sólidamente este mito sobre los fósiles vivientes. El parecido entre los cangrejos de herradura actuales y los antiguos cangrejos del pasado es casi totalmente superficial. «No hay especies ‘no evolucionadas’, ni fósiles reanimados que hayan vuelto literalmente a la vida, ni organismos vivos que sean realmente idénticos a las especies extinguidas conocidas en el registro fósil», escriben Werth y Shear.
Esta aparente ausencia de evolución, también llamada estasis morfológica, presenta desafíos únicos para los científicos que intentan comprender la historia evolutiva de esta criatura escurridiza de las profundidades. Cuando los científicos John C. Avise, William S. Nelson e Hiroaki Sugita intentaron construir una historia de especiación de los cangrejos herradura, informaron de que «a nivel molecular los cangrejos herradura vivos parecen no ser excepcionales». Cuando se trata de ADN, estas criaturas tienen la misma cantidad de variación genética que cualquier otra especie viva hoy en día.
Incluso con los datos moleculares, los científicos admiten que las cuatro especies de cangrejo herradura que sobreviven actualmente son difíciles de situar en una línea de tiempo evolutiva. Su falta de cambios físicos sólo sirvió para «oscurecer las relaciones filogenéticas dentro del complejo», escriben Avise, Nelson y Sugita. Sin las pistas obvias que los científicos normalmente obtendrían de los cambios morfológicos a través del registro fósil, todavía están luchando para resolver la historia completa del cangrejo herradura.
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¿Por qué los cangrejos herradura siguen teniendo básicamente el mismo aspecto que tenían hace millones de años? «Una de ellas es dar con una fórmula ganadora desde el principio; otra es vivir en un entorno estable y predecible en el que hay poca competencia por los recursos, que inicialmente pueden ser abundantes», escriben Werth y Shear.
Aunque los científicos son ahora capaces de explicar esta aparente (aunque engañosa) falta de evolución, todavía hay mucho que no sabemos. Ahora, los expertos advierten que este animal podría enfrentarse a la extinción debido a la sobreexplotación (especialmente en la búsqueda de una vacuna segura para el COVID-19). Parece, por desgracia, que los científicos nunca llegarán a comprender del todo los misterios evolutivos del genoma del cangrejo herradura.
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