TEXTO
Descripción
La activación de los linfocitos T, tanto in vivo como in vitro, induce la expresión de CD69. Esta molécula, que parece ser la primera glicoproteína inducible de la superficie celular adquirida durante la activación linfoide, está implicada en la proliferación de los linfocitos y funciona como receptor transmisor de señales en los linfocitos, las células asesinas naturales (NK) y las plaquetas (Cambiaggi et al., 1992).
Clonación y expresión
López-Cabrera et al. (1993) identificaron un ADNc para CD69 con un marco de lectura abierto que predice una proteína de 199 aminoácidos de topología de membrana tipo II. El clon de CD69 hibridó con una especie de ARNm de 1,7 kb que se indujo y degradó rápidamente tras la estimulación de los linfocitos, lo que concuerda con la presencia de señales de degradación rápida en la región no traducida de 3 primos. La búsqueda de homología de la secuencia de la proteína demostró que CD69 es un miembro de la misma superfamilia de receptores transmembrana de tipo II que la lectina de células asesinas naturales (NKG2; 161555), que también se asigna al cromosoma 12.
Función del gen
Shiow et al. (2006) demostraron que el tratamiento con el inductor de interferón alfa/beta (IFN-alfa/beta; 147660, 147640) ácido polinosínico inhibía la salida de linfocitos de los órganos linfoides por un mecanismo que era en parte intrínseco a los linfocitos. La lectina transmembrana de tipo C CD69 fue rápidamente inducida y las células CD69-nulas fueron pobremente retenidas en los tejidos linfoides después del tratamiento con ácido polinosínico o la infección con el virus de la coriomeningitis linfocítica. La salida de los linfocitos requiere el receptor de esfingosina-1-fosfato (S1P1; 601974), y el IFN-alfa/beta inhibió la capacidad de respuesta de los linfocitos al S1P1. Por el contrario, las células CD69-nulas conservaron la función de S1P1 tras la exposición a IFN-alfa/beta. En los experimentos de coexpresión, CD69 inhibió la función quimiotáctica de S1P1 y condujo a una modulación a la baja de S1P1. En un ensayo de reportero, la reticulación condujo a la co-reticulación y activación de una quimera CD69/CD3-eta. CD69 coinmunoprecipitó con S1P1 pero no con el receptor relacionado S1P3 (601965). Shiow et al. (2006) llegaron a la conclusión de que CD69 forma un complejo con S1P1 y lo regula negativamente, y que funciona corriente abajo del IFN-alfa/beta, y posiblemente de otros estímulos activadores, para promover la retención de linfocitos en los órganos linfoides.
Mapping
Cambiaggi et al. (1992) produjeron y caracterizaron híbridos celulares somáticos interespecies entre células T maduras activadas humanas y células de timoma BW5147 de ratón. Se observó una segregación preferente de cromosomas humanos en los híbridos. Encontraron en los clones una coexpresión de los antígenos CD4 (186940) y CD69. Los estudios moleculares y cariotípicos de los híbridos demostraron que el locus que codifica el CD69 se sitúa en el cromosoma 12 humano, al igual que el del CD4. Aunque la expresión del antígeno CD69 es un acontecimiento temprano tras la activación de los linfocitos T y decae rápidamente en ausencia de estímulos exógenos, en los híbridos que desarrollaron la expresión era constitutiva, similar a la que se encuentra en los precursores tempranos de los timocitos y en los timocitos maduros. El hallazgo sugirió una influencia dominante del genoma de las células tumorales de ratón derivadas del timo en el control de la expresión constitutiva de CD69.
Por análisis de ADN híbrido de células somáticas e hibridación in situ con fluorescencia, López-Cabrera et al. (1993) asignaron el gen CD69 a 12p13-p12.
Modelo animal
Sancho et al. (2003) analizaron un modelo de artritis inducida por colágeno en ratones de tipo salvaje y deficientes en Cd69 y descubrieron que los ratones Cd69 -/- mostraban una mayor incidencia y gravedad de la artritis, con respuestas inmunitarias exacerbadas de las células T y B al colágeno de tipo II. Los niveles del factor de crecimiento transformante beta-1 (TGFB1; 190180) y TGFB2 (190220), que actúan como agentes protectores en la artritis inducida por el colágeno, se redujeron en los focos inflamatorios de los ratones Cd69-null, correlacionándose con un aumento de las citoquinas proinflamatorias. La inyección local de anticuerpos anti-TGF bloqueantes aumentó la gravedad de la artritis y los niveles de ARNm de citoquinas proinflamatorias en los ratones Cd69 de tipo salvaje pero no en los nulos. Sancho et al. (2003) concluyeron que CD69 es un modulador negativo de la reactividad autoinmune y la inflamación a través de la síntesis de TGFB1, una citoquina que a su vez regula a la baja la producción de varios mediadores proinflamatorios.
Esplugues et al. (2003) observaron una gran reducción del crecimiento de los tumores con deficiencia de MHC clase I en ratones Cd69 -/- en comparación con los ratones de tipo salvaje. La respuesta antitumoral mejorada se asoció a una mayor acumulación local de linfocitos T y NK y de citoquinas proinflamatorias y a una menor producción de Tgfb. El tratamiento con anticuerpos contra las células NK restableció la capacidad de crecimiento de los tumores en los ratones Cd69 -/-. En los ratones deficientes tanto en Cd69 como en Rag2 (179616) se produjo un mayor deterioro del crecimiento tumoral. Esplugues et al. (2003) concluyeron que CD69 es un regulador negativo de las respuestas antitumorales.