Las hormigas faraonas (Monomorium pharaonis), como la mayoría de las especies de hormigas, se comunican mediante feromonas. Las feromonas son sustancias químicas producidas por un organismo para comunicarse con otros y son muy utilizadas por la mayoría de las especies de hormigas. Hay muchos tipos diferentes de feromonas y mensajes que se envían. Un ejemplo es la feromona de reclutamiento para atraer a otras hormigas faraonas hacia nuevos alimentos o lugares de anidación. Las hormigas utilizan señales de feromonas para identificar a los miembros de la colonia y a castas específicas. Hay feromonas que ayudan en el proceso de reproducción. Hay feromonas de alarma y muchas otras. Las feromonas desempeñan un papel importante en el proceso de comunicación de las obreras. Las obreras se tocan con sus antenas y «huelen» los mensajes de feromonas en el cuerpo de las otras hormigas. Las feromonas más utilizadas son las feromonas de rastro, que se crean cuando las obreras tocan el suelo con la gran sección posterior de sus gásteres. Otras obreras siguen el rastro y conducen a un gran número de hormigas a diversas fuentes de alimento. Limpiar y limpiar una superficie donde las hormigas han dejado un rastro de feromonas puede hacer que las hormigas se desorienten hasta que vuelvan a establecer la feromona.
Las hormigas faraonas pueden convertirse en un problema importante, especialmente cuando infestan edificios como hospitales, restaurantes, tiendas de comestibles o edificios de apartamentos. Muchas personas se refieren a estas hormigas como «hormigas de azúcar». Cuando se las molesta con insecticidas repelentes, la colonia se dispersa y crea muchas colonias nuevas. Es mejor ponerse en contacto con un profesional de control de plagas cuando las hormigas faraonas están causando problemas.