Las infecciones humanas por hongos del género Acremonium son poco frecuentes, pero a diferencia de las infecciones por otros hongos filamentosos, suelen afectar a individuos inmunocompetentes. El micetoma, que suele desarrollarse tras un traumatismo, es la infección más común causada por Acremonium spp. Otros lugares de infección son el ojo (generalmente tras la anulación de las defensas oculares), la enfermedad colonizadora del pulmón y el tracto gastrointestinal, así como las infecciones localmente invasivas como la osteomielitis, la sinusitis, la artritis y la peritonitis. Raramente se ha informado de neumonía e infecciones diseminadas, como meningitis, endocarditis y cerebritis. El tratamiento óptimo de las infecciones por acremonium no está bien definido, tanto porque las infecciones debidas a estos organismos son raras, como porque muchos informes son anteriores a la terapia antifúngica eficaz. Además, las pruebas de susceptibilidad de los hongos filamentosos están poco estandarizadas, y la sensibilidad in vitro puede no correlacionarse con la respuesta clínica. Según informes anecdóticos, el tratamiento de la mayoría de las infecciones invasivas por acremonium requiere una combinación de intervención quirúrgica, cuando es posible, y un régimen de anfotericina B. Algunos azoles también muestran actividad inhibidora. Hasta que se disponga de más detalles sobre la susceptibilidad de estos organismos a los agentes antifúngicos, se recomienda la anfotericina B como tratamiento inicial con la adición de ketoconazol o fluconazol en las infecciones de naturaleza mortal.