El martes, Tom Brady anunció públicamente que dejaba los New England Patriots. Y los deja para unirse a los Tampa Bay Buccaneers.
Adam Schefter y Jeff Darlington de ESPN informaron el martes que se espera que Brady firme con los Bucs. De acuerdo con Ian Rapoport de NFL Network, las partes han acordado en principio un acuerdo de alrededor de 30 millones de dólares anuales. Rapoport informó el miércoles que las dos partes finalizaron el acuerdo.
Es el fin de una era. Brady, de 42 años, ganó seis títulos (en nueve viajes al Super Bowl), cuatro MVP del Super Bowl y tres MVP de la liga, y fue 14 veces Pro Bowler durante su etapa en Nueva Inglaterra. También llevó a los Patriots a la friolera de 17 títulos de la AFC Este y 17 puestos en los playoffs.
El elegido en la sexta ronda del draft de 2000 (nº 199 global) ya tiene unas estadísticas legendarias en su carrera con 541 touchdowns (segundo de todos los tiempos) y 74.571 yardas (también segundo). Cuando se retire, lo hará como miembro del Salón de la Fama y posiblemente como el mejor quarterback -y quizás el mejor jugador- de la historia.
Con la excepción de los escándalos del Spygate y el Deflategate que quizá empañaron la dinastía de los Patriots, por lo demás inigualable, durante la era de Brady y Bill Belichick, la carrera del veterano ha sido intachable.
Pero Brady ha empezado a mostrar signos de declive. Si se ignora la temporada de 2016 (cuatro partidos perdidos por suspensión) y la de 2008 (15 partidos perdidos por un desgarro del ligamento cruzado anterior), los números de Brady en 2019 no se acumulan bien en comparación con las marcas de su carrera:
- 24 touchdowns de pase, su menor cantidad desde 2006
- 4.057 yardas de pase, su marca más baja desde 2010
- 60.8 de porcentaje de finalización, su marca más baja desde 2013
Concedido, los Patriots carecían de armas dinámicas en el juego de pase. Y en comparación con otros mariscales de campo, Brady todavía puso números sólidos. Después de todo, sólo lanzó ocho picks.
Pero ya no es la élite. Y ya no es un Patriota. Para los fanáticos del fútbol americano, ambas afirmaciones son surrealistas.
Tal vez sea aún más surrealista ver a Brady dejar la organización con la que ganó seis títulos para ir a un equipo de los Bucs que no ha llegado a los playoffs desde 2007.
Una cosa es segura: Brady será una enorme mejora respecto a Jameis Winston, quien tuvo 30 intercepciones la temporada pasada. Brady, por otro lado, ha lanzado 29 intercepciones en sus últimas cuatro temporadas combinadas. Así que sí, va a mejorar la ofensiva de Tampa.
En Mike Evans y Chris Godwin, Brady tendrá los mejores receptores abiertos que ha tenido desde Randy Moss. Lo que no tendrá, sin embargo, es el entrenamiento de Belichick o una lista general del nivel de la de Nueva Inglaterra. Así que es un cambio importante, sin duda, pero un día emocionante en Tampa Bay.