La inmunoterapia es un tratamiento contra el cáncer que ayuda a su sistema inmunitario a combatirlo. Es un tipo de terapia biológica. La terapia biológica utiliza sustancias elaboradas a partir de organismos vivos, o versiones de estas sustancias elaboradas en un laboratorio.
Los médicos aún no utilizan la inmunoterapia con tanta frecuencia como otros tratamientos contra el cáncer, como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. Pero sí utilizan la inmunoterapia para algunos tipos de cáncer, y los investigadores están realizando ensayos clínicos para ver si también funciona para otros tipos.
Cuando se tiene cáncer, algunas de sus células comienzan a multiplicarse sin parar. Se extienden a los tejidos circundantes. Una de las razones por las que las células cancerosas pueden seguir creciendo y extendiéndose es que son capaces de esconderse de su sistema inmunitario. Algunas inmunoterapias pueden «marcar» sus células cancerosas. Esto facilita que el sistema inmunitario encuentre y destruya las células. Se trata de un tipo de terapia dirigida, que utiliza fármacos u otras sustancias que atacan células cancerosas específicas con menos daño para las células normales. Otros tipos de inmunoterapias actúan reforzando su sistema inmunitario para que trabaje mejor contra el cáncer.
Puede recibir la inmunoterapia por vía intravenosa, en pastillas o cápsulas, o en una crema para la piel. En el caso del cáncer de vejiga, podrían colocarla directamente en la vejiga. Puede recibir el tratamiento cada día, cada semana o cada mes. Algunas inmunoterapias se administran en ciclos. Depende de su tipo de cáncer, de lo avanzado que esté, del tipo de inmunoterapia que reciba y de lo bien que esté funcionando.
Puede tener efectos secundarios. Los efectos secundarios más frecuentes son reacciones cutáneas en el lugar de la aguja, si la recibe por vía intravenosa. Otros efectos secundarios pueden ser síntomas parecidos a los de la gripe o, raramente, reacciones graves.
NIH: Instituto Nacional del Cáncer