Resumen
El conservadurismo es un término cuya utilidad sólo se ve igualada por su capacidad para confundir, distorsionar e irritar.2 Se utiliza como término que describe conjuntos de ideas políticas, una tradición particular en la historia del pensamiento político que emana de la reacción a las ideas de la Ilustración y los acontecimientos de la Revolución Francesa y que se asocia particularmente con los escritos de Edmund Burke. También se utiliza para describir la actividad política y las ideas de quienes se asocian a grupos o partidos que se autoproclaman conservadores, aunque sus ideas y acciones puedan estar muy alejadas de las ideas y los principios defendidos en la tradición antes mencionada. El conservadurismo también se utiliza para describir grupos de actitudes o ideas como el amor y el respeto por la autoridad, la tradición, la religión y el nacionalismo. A menudo no se intenta separar las actitudes y las acciones conservadoras, de modo que el conservadurismo «temperamental» puede utilizarse para describir las opiniones, las acciones e incluso el estilo de vida de los individuos y los grupos.3 Estos diversos usos del término son todos ampliamente empleados y aceptados por los hombres de la calle, así como por los conservadores y los académicos. Todos tienen una preocupación común por la conservación de las instituciones y tradiciones existentes, pero esto no ha disminuido la frecuente ambigüedad y confusión en el uso del término.4