El maltrato infantil es el abuso y la negligencia que sufren los menores de 18 años. Incluye todos los tipos de malos tratos físicos y/o emocionales, abuso sexual, descuido, negligencia y explotación comercial o de otro tipo, que resultan en un daño real o potencial para la salud, la supervivencia, el desarrollo o la dignidad del niño en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.
Alcance del problema
El maltrato infantil es un problema mundial con graves consecuencias para toda la vida. A pesar de las recientes encuestas nacionales realizadas en varios países de ingresos bajos y medios, todavía faltan datos de muchos países.
El maltrato infantil es complejo y difícil de estudiar. Las estimaciones actuales varían mucho según el país y el método de investigación utilizado. Las estimaciones dependen de:
- las definiciones de maltrato infantil utilizadas;
- el tipo de maltrato infantil estudiado;
- la cobertura y la calidad de las estadísticas oficiales;
- la cobertura y la calidad de las encuestas que solicitan autoinformes a las víctimas, padres o cuidadores.
No obstante, los estudios internacionales revelan que casi 3 de cada 4 niños de entre 2 y 4 años sufren regularmente castigos físicos y/o violencia psicológica a manos de sus padres y cuidadores, y que 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales cuando eran niños.
Se calcula que cada año se producen unas 40.150 muertes por homicidio en niños menores de 18 años, algunas de las cuales se deben probablemente al maltrato infantil. Es casi seguro que esta cifra subestima el verdadero alcance del problema, ya que una proporción significativa de las muertes debidas al maltrato infantil se atribuyen incorrectamente a caídas, quemaduras, ahogamientos y otras causas.
En situaciones de conflicto armado y de refugiados, las niñas son especialmente vulnerables a la violencia sexual, la explotación y el abuso por parte de los combatientes, las fuerzas de seguridad, los miembros de sus comunidades, los trabajadores humanitarios y otras personas.
Consecuencias del maltrato
El maltrato infantil causa sufrimiento a los niños y las familias y puede tener consecuencias a largo plazo. Los malos tratos provocan un estrés que se asocia a la alteración del desarrollo cerebral temprano. El estrés extremo puede perjudicar el desarrollo de los sistemas nervioso e inmunitario. En consecuencia, cuando llegan a la edad adulta, los niños maltratados corren un mayor riesgo de padecer problemas de comportamiento, físicos y mentales como:
- perpetrar o ser víctima de la violencia
- depresión
- fumar
- obesidad
- comportamientos sexuales de alto riesgo
- embarazos no deseados
- consumo de alcohol y drogas.
A través de estas consecuencias para el comportamiento y la salud mental, el maltrato puede contribuir a las enfermedades cardíacas, el cáncer, el suicidio y las infecciones de transmisión sexual. La violencia contra los niños también contribuye a las desigualdades en la educación. Los niños que han sufrido cualquier forma de violencia en la infancia tienen un 13% más de probabilidades de no graduarse en la escuela.
Además de las consecuencias sanitarias, sociales y educativas del maltrato infantil, existe un impacto económico, que incluye los costes de hospitalización, tratamiento de salud mental, bienestar infantil y costes sanitarios a largo plazo.
Factores de riesgo
Se han identificado varios factores de riesgo de maltrato infantil. No todos los factores de riesgo están presentes en todos los contextos sociales y culturales, y la lista que aquí se presenta proporciona una visión general al intentar comprender las causas del maltrato infantil.
Niño
Es importante destacar que los niños son las víctimas y nunca son culpables del maltrato. Las características de un niño individual que pueden aumentar la probabilidad de ser maltratado incluyen:
- Ser menor de cuatro años o adolescente
- Ser indeseado, o no cumplir las expectativas de los padres
- Tener necesidades especiales, llorar persistentemente o tener rasgos físicos anormales
- Tener una discapacidad intelectual o un trastorno neurológico
- Identificarse o ser identificado como lesbiana, gay, bisexual o transgénero.
Padre o cuidador
Las características de un padre o cuidador que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil incluyen:
- Dificultad para establecer un vínculo con el recién nacido
- No cuidar al niño
- Haber sido ellos mismos maltratados cuando eran niños
- No conocer el desarrollo del niño o tener expectativas poco realistas
- Usar mal el alcohol o las drogas, incluso durante el embarazo
- tener una baja autoestima
- sufrir un mal control de los impulsos
- tener un trastorno mental o neurológico
- estar involucrado en actividades delictivas
- experimentar dificultades financieras.
Relación
Las características de las relaciones dentro de las familias o entre las parejas íntimas, los amigos y los compañeros que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil incluyen:
- la ruptura familiar o la violencia entre otros miembros de la familia
- estar aislado en la comunidad o carecer de una red de apoyo
- la ruptura del apoyo en la crianza de los hijos por parte de la familia extensa.
Factores comunitarios y sociales
Las características de las comunidades y sociedades que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil incluyen:
- desigualdad social y de género;
- falta de vivienda adecuada o de servicios de apoyo a las familias e instituciones;
- altos niveles de desempleo o pobreza;
- la fácil disponibilidad de alcohol y drogas;
- políticas y programas inadecuados para prevenir el maltrato infantil, la pornografía infantil, la prostitución infantil y el trabajo infantil;
- normas sociales y culturales que promueven o glorifican la violencia hacia los demás, apoyan el uso del castigo corporal, exigen roles de género rígidos o disminuyen el estatus del niño en las relaciones entre padres e hijos;
- políticas sociales, económicas, sanitarias y educativas que conducen a un nivel de vida pobre o a la desigualdad o inestabilidad socioeconómica.
Prevención
Prevenir y responder al maltrato infantil requiere un enfoque multisectorial.
Cuanto antes se produzcan estas intervenciones en la vida de los niños, mayores serán los beneficios para el niño (por ejemplo, desarrollo cognitivo, competencia conductual y social, logros educativos) y para la sociedad (por ejemplo, reducción de la delincuencia y el crimen).
Las intervenciones eficaces y prometedoras incluyen:
- Apoyo a los padres y cuidadores: Sesiones de información y desarrollo de habilidades para apoyar el desarrollo de una crianza no violenta impartida por enfermeras, trabajadores sociales o trabajadores no especializados a través de una serie de visitas a domicilio o en un entorno comunitario.
- Enfoques de educación y habilidades para la vida:
- Aumentar la matriculación en una educación de calidad para que los niños adquieran conocimientos, habilidades y experiencias que fomenten la resiliencia y reduzcan los factores de riesgo de la violencia
- Programas para prevenir el abuso sexual que creen conciencia y enseñen habilidades para ayudar a los niños y adolescentes a entender el consentimiento, evitar y prevenir el abuso y la explotación sexual, y buscar ayuda y apoyo
- Intervenciones para construir un clima escolar positivo y un entorno libre de violencia, y fortalecer las relaciones entre estudiantes, profesores y administradores
- Enfoques de normas y valores: Programas para transformar las normas sociales y de género restrictivas y perjudiciales en torno a la crianza de los niños, la disciplina infantil y la igualdad de género, y promover la función de crianza de los padres
- Aplicación y cumplimiento de las leyes: leyes para prohibir los castigos violentos y para proteger a los niños del abuso y la explotación sexual.
- Servicios de respuesta y apoyo: Reconocimiento precoz de los casos junto con la atención continuada a los niños víctimas y a sus familias para ayudar a reducir la reincidencia de los malos tratos y disminuir sus consecuencias.
Para maximizar los efectos de la prevención y la atención, la OMS recomienda que las intervenciones se lleven a cabo como parte de un enfoque de salud pública de cuatro pasos:
- definir el problema;
- identificar las causas y los factores de riesgo;
- diseñar y probar las intervenciones destinadas a minimizar los factores de riesgo;
- difundir la información sobre la eficacia de las intervenciones y aumentar la escala de las intervenciones de eficacia probada.
Respuesta de la OMS
La OMS, en colaboración con sus socios:
- proporciona orientación para la prevención del maltrato infantil basada en la evidencia; véase INSPIRE Siete estrategias para poner fin a la violencia contra los niños
- proporciona orientación basada en la evidencia para ayudar a los proveedores de atención sanitaria de primera línea a reconocer a los niños que han sufrido violencia y negligencia y proporcionar apoyo de primera línea basado en la evidencia; ver Directrices de la OMS para la respuesta del sector sanitario al maltrato infantil
- aboga por un mayor apoyo internacional y una mayor inversión en la prevención del maltrato infantil basada en la evidencia;
- proporciona apoyo técnico a los programas de prevención del maltrato infantil basados en la evidencia en varios países de ingresos bajos y medios.