Las mediciones de la variación del tiempo de tránsito indican, por ejemplo, que Kepler-52b, Kepler-52c y Kepler-57b tienen masas máximas de entre 30 y 100 veces la masa de la Tierra (aunque las masas reales podrían ser mucho menores); con radios de aproximadamente 2 radios terrestres, podrían tener densidades mayores que las de un planeta de hierro del mismo tamaño. Estos exoplanetas orbitan muy cerca de sus estrellas y podrían ser los núcleos remanentes de gigantes gaseosos o enanas marrones evaporadas. Si los núcleos son lo suficientemente masivos podrían permanecer comprimidos durante miles de millones de años a pesar de haber perdido la masa atmosférica.
Como no hay «super-Tierras calientes» gaseosas entre 2,2 y 3,8 radios terrestres expuestas a más de 650 flujos incidentes terrestres, se supone que los exoplanetas por debajo de esos radios expuestos a tales flujos estelares podrían haber tenido sus envolturas despojadas por fotoevaporación.
HD 209458 b es un ejemplo de gigante gaseoso que está en proceso de despojarse de su atmósfera, aunque no se convertirá en un planeta chthoniano hasta dentro de muchos miles de millones de años, si es que lo hace. Un caso similar sería el de Gliese 436b, que ya ha perdido el 10% de su atmósfera.
COROT-7b es el primer exoplaneta encontrado que podría ser chthoniano.Otros investigadores lo discuten, y concluyen que COROT-7b siempre fue un planeta rocoso y no el núcleo erosionado de un gigante gaseoso o de hielo, debido a la joven edad del sistema estelar.
En 2020, se encontró un planeta de alta densidad más masivo que Neptuno muy cerca de su estrella anfitriona, dentro del desierto neptuniano. Este mundo, TOI 849 b, podría muy bien ser un planeta chthoniano.