El reflejo bulbocavernoso (BCR) es un reflejo somático bien conocido que resulta útil para obtener información sobre el estado de los segmentos sacros de la médula espinal. Cuando está presente, es indicativo de arcos reflejos espinales intactos (segmentos espinales S2-S4) con nervios aferentes y eferentes a través del nervio pudendo. Las contracciones de los músculos bulbocavernosos y/o del esfínter anal externo (guiño anal) se monitorizan fácilmente en respuesta a la compresión del glande o del clítoris.
En este artículo, intentamos demostrar el valor de la evaluación del BCR en el manejo de las personas con lesión de la médula espinal (LME) y en la clasificación de la LME.
En caso de una lesión ósea toraco-lumbar, la presencia del BCR ayuda a distinguir el cono medular de los síndromes de cauda equina. Estos síndromes se describen en el International Standards for Neurological Classification of Spinal Cord Injury (ISNCSCI) . En la exploración física, otros signos como el Babinski, el clonus del tobillo y el aumento de los reflejos tendinosos profundos apoyan aún más la diferenciación de estos síndromes, pero el BCR es una parte integral.
El BCR ayuda a determinar si la lesión sacra es de motoneurona superior o inferior (UMN / LMN) y ayuda a predecir el tipo de disfunción de los esfínteres, especialmente en aquellos pacientes con una LME completa.
En la disfunción vesical, la presencia de BCR se correlaciona significativamente con la sobreactividad del detrusor y la disinergia del esfínter detrusor relacionada, mientras que las lesiones del LMN causan arreflexia del detrusor, parálisis flácida del esfínter estriado e incontinencia urinaria de esfuerzo. En la disfunción intestinal, la distensión rectal provocará la contracción rectal y la fuga de heces en los pacientes con lesiones de la UMN, pero no en los que tienen lesiones del LMN, en los que se espera una fuga pasiva. En cuanto a la vida sexual, los hombres con lesiones de la UMN son más propensos a tener una erección refleja y una eyaculación en proyectil que los que tienen lesiones del LMN, que además sufren un deterioro más grave del potencial de fertilidad . En las mujeres con lesiones de la UMN, se cree que la lubricación refleja es más probable. Los hombres y las mujeres con todos los grados y tipos de lesiones de la médula espinal tienen una probabilidad significativamente mayor de experimentar el orgasmo que aquellos con lesiones completas del LMN . Todas estas cuestiones se abordan en los Estándares Internacionales para la Evaluación de la Función Autonómica después de una LME (ISAFSCI), aunque el BCR ni siquiera es obligatorio en este caso y el ISAFSCI no forma parte del ISNCSCI.
Las intervenciones terapéuticas varían en función del tipo de lesión. El vaciado espontáneo sólo se encuentra en pacientes con lesiones de la UMN y a veces es necesario el tratamiento de la disinergia del esfínter vesical. Cuando se realiza un sondaje intermitente, suele ser necesario el tratamiento de la hiperactividad del detrusor con lesiones de la UMN. El tratamiento intestinal de las personas con lesiones de la UMN incluye la estimulación del reflejo gastrocólico y la estimulación rectal digital para producir la evacuación refleja de las heces. Por el contrario, la extracción digital de las heces es apropiada para aquellos con lesiones del NMI cuando el esfuerzo no es efectivo. Los hombres con lesiones del NMI responden mal a la estimulación vibratoria del pene para la eyaculación y a los inhibidores de la fosfodiesterasa para la disfunción eréctil, y a menudo son necesarias las inyecciones intracavernosas para la disfunción eréctil.
Estos ejemplos demuestran claramente que la determinación del tipo de lesión tiene importantes implicaciones pronósticas y terapéuticas para la función intestinal, vesical y sexual. Sin embargo, la preservación del sacro, y no la BCR, forma parte del ISNCSCI. La ISNCSCI fue desarrollada en 1982 por la American Spinal Injury Association para proporcionar precisión en la definición de los niveles neurológicos y la extensión de la LME, y para conseguir datos consistentes y fiables para el cuidado de los pacientes y la investigación. En 1992, se redefinió una lesión completa como la ausencia de preservación del sacro (función sensorial o motora en los segmentos sacros más caudales), mientras que una lesión incompleta se define como la presencia de preservación del sacro. La determinación de la LME completa e incompleta en la fase aguda o en el momento del alta de los centros de rehabilitación se aplica de forma rutinaria para predecir la recuperación neurológica y funcional de los pacientes; sin embargo, la ausencia de la BCR y la investigación relacionada con la recuperación de la función vesical, intestinal y sexual son omisiones significativas.
La preservación del sacro es, por tanto, una parte importante de la ISNCSCI, pero muchos médicos no realizan los reflejos sacros. Sin embargo, el BCR es fácil de realizar, no necesita ninguna herramienta adicional y se puede obtener en todos los hombres y mujeres sin neuropatía periférica concomitante. Junto con la contracción anal voluntaria, ambos deben probarse sistemáticamente en la persona con LME.
En conclusión, la BCR es fácil de realizar y útil para probar la integridad del arco reflejo sacro. La BCR ayuda a distinguir las lesiones de la UMN de las de la LMN, lo que tiene importantes implicaciones pronósticas y terapéuticas para la función intestinal, vesical y sexual. Es complementario a la contracción voluntaria del ano externo que da información sobre la preservación motora sacra. El ISNCSCI proporciona un nivel neurológico preciso de la lesión y es útil para pronosticar la recuperación motora; en cambio, el ISAFSCI evalúa la función autonómica y es necesario para determinar el potencial de recuperación autonómica del sacro. Ambos son útiles para la clasificación; sin embargo, la adición de BCR a la ISNCSCI y la ISAFSCI es necesaria para determinar el tipo exacto de lesión y, en última instancia, beneficiar la atención al paciente y las actividades de investigación.