Pregunta a un oso: ¿Funcionan realmente los cascabeles para osos?

Andy Rogers

Pregunta: Este verano visité Yellowstone por primera vez y quise ir a correr por un sendero. Era la primera vez que estaba solo en la zona de los osos, así que decidí comprar unos cascabeles para osos. En la caja, la señora decidió advertirme de que, como ahora hay tanta gente que usa cascabeles para osos, podrían asociar el sonido con los humanos y venir a investigar. No harías eso, ¿verdad? -Boomer de Wisconsin, por correo electrónico

A: Las campanas para la cena, la alarma para las hamburguesas de los excursionistas, la alarma para la merienda… la campana para osos es un producto básico de las tiendas de souvenirs del país de los osos que recibe muchas críticas de los lugareños y de los veteranos del campo. En las pruebas más avanzadas, el biólogo de osos Tom Smith hizo sonar campanas de oso en volúmenes variables frente a osos pardos en el Parque Nacional Katmai. Independientemente de la intensidad con la que las agitara, 15 grupos diferentes de osos ignoraron las campanas. Y sin embargo, se pusieron en guardia en cuanto rompió un lápiz por la mitad. Esto no prueba al cien por cien que los osos no respondan a las campanas; los osos de Katmai son conocidos por ser relativamente poco agresivos. Pero significa que, en este caso concreto, las campanas no consiguieron advertirme ni cambiar mi comportamiento como se pretendía.

Es posible que las campanas no sean lo suficientemente ruidosas o desconocidas; puede que las esté ignorando de la misma manera que ignoro el borboteo del agua o el canto de los pájaros. Los partidarios señalan que en un estudio realizado en el Parque Nacional de los Glaciares en 1982, las únicas personas que fueron embestidas por osos ese año no llevaban campanas.

En cuanto a la atracción, el gurú de los osos Stephen Herrero deja lugar a la posibilidad de que las campanas para osos puedan despertar el interés de los miembros más curiosos de mi especie. No hay muchas pruebas contundentes que lo respalden, pero cuando el embajador humano de mi especie lo señala, probablemente debería al menos considerarlo.

En cualquier caso, las campanas no son terriblemente ruidosas y podrían perderse fácilmente entre los sonidos del viento, un río o un bosque espeso. Es mucho más seguro e inteligente usar tu propia voz: Canta, grita mi nombre o, si eres Herrero, aúlla. Es la mejor manera, la más fiable, de alertarme de tu presencia desconocida y asegurarte de que me dirija en la dirección contraria. Créeme: El canto a la tirolesa suena tan mal a mis oídos como a los tuyos.

-OJO

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