PrimerCavefishes

La vida en cuevas significa vivir en una oscuridad perpetua. Esto tiene dos efectos dramáticos en los animales: elimina la necesidad de ver y reduce la disponibilidad de alimentos ya que no hay fotosíntesis local. La disponibilidad de alimentos para los habitantes de las cuevas suele ser estacional, episódica o no programada. Al igual que otros animales cavernícolas, las especies de peces adaptadas a la vida en cuevas presentan un conjunto de rasgos sensoriales, morfológicos, fisiológicos y de comportamiento que comparten especies de familias filogenéticamente distantes. La mayoría de los peces cavernícolas son total o parcialmente ciegos. Los más extremos, los peces cavernícolas obligatorios que pasan toda su vida en las cuevas, son el objeto de esta cartilla. En la actualidad, se han descrito más de 200 especies de peces de cueva de este tipo, y todas ellas han evolucionado de forma independiente a partir de sus ancestros de la superficie. Así, cada especie de pez de cueva es una réplica del mismo experimento natural, que pone a prueba la respuesta evolutiva de un pez de superficie a la ausencia de luz y a las limitaciones de alimento en un entorno subterráneo. Las respuestas evolutivas convergen en la pérdida de los ojos y la pigmentación y el aumento de otros sentidos, como el gusto, el olfato o la mecanosensación, así como un metabolismo más eficiente, cambios en el comportamiento alimentario, niveles de actividad alterados, pérdida de la ritmicidad circadiana y aumento de la vigilia. Sin embargo, no todos estos rasgos troglomórficos están presentes en todas las especies de peces de cueva.

Deja un comentario