Primeros pasos con un concentrador de oxígeno doméstico

A los pacientes que necesitan oxígeno constante en casa o mientras duermen se les suelen recetar concentradores de oxígeno domésticos. Los concentradores de oxígeno toman el aire de su entorno, extraen el oxígeno y lo filtran hasta convertirlo en oxígeno purificado para que usted lo respire.

El oxígeno puede resecar la nariz, por lo que algunos pacientes utilizan una botella humidificadora que puede conectarse a su unidad doméstica para ayudar a humedecer el oxígeno que inhala.

Si utiliza una botella humidificadora, comience por llenarla con agua destilada y conéctela a la salida de oxígeno. A continuación, enchufe su concentrador de oxígeno doméstico a una fuente eléctrica. Debe permanecer enchufado en todo momento para que funcione correctamente. Sonará una alarma si no está enchufado o si se produce un corte de corriente brusco.

A continuación, conecte la cánula nasal o la mascarilla y ajuste el caudal, que le ha recetado su médico.

Se dará cuenta de que el oxígeno se prescribe en número de litros por minuto. La tasa de flujo, o el número de litros por minuto, es su prescripción. No se autoajuste el caudal de oxígeno sin consultar a su médico. Puede utilizar una cánula nasal conectada con una manguera de hasta 15 metros alrededor de su casa. Tenga cuidado al caminar para no tropezar con ella.

Cuide su sistema lavando la cánula nasal o la mascarilla facial semanalmente con jabón suave para platos y agua tibia. Límpielos con más frecuencia si está enfermo y déjelos secar al aire. Asegúrese de que no entre agua en el tubo y cámbielo si está dañado. Puede obtener tubos de repuesto de su proveedor de oxígeno.

Limpie la botella del humidificador cada tres días con agua tibia y jabón suave para platos. Asegúrese de enjuagar todo el jabón con agua caliente. A continuación, sumérjalo en una solución de vinagre y agua durante unos minutos para ayudar a eliminar cualquier bacteria adicional. Seque la botella con una toalla de papel y luego déjela secar al aire.

Limpie el filtro de la máquina una vez al mes retirando el filtro y sumergiéndolo en un recipiente limpio lleno de agua y jabón suave para platos. Frote el filtro con un paño para eliminar cualquier trozo pequeño de suciedad o polvo y aclárelo bajo el agua para eliminar todos los residuos de jabón. A continuación, coloque el filtro sobre una toalla limpia y seca y deje que se seque completamente al aire antes de volver a colocarlo en la máquina.

Un concentrador de oxígeno doméstico puede ayudarle a mantenerse más sano y activo en su casa.

Su médico también podría recetarle un concentrador de oxígeno portátil o el oxígeno en un tanque metálico para utilizarlo fuera de casa.

Al principio puede resultar desalentador empezar a utilizar un nuevo dispositivo de oxígeno, pero con la práctica, ganará confianza y se adaptará a la vida con la oxigenoterapia.

Para obtener más información, visite Lung.org/oxygen.

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