Dada la omnipresencia de las aves de corral en los platos de hoy en día, puede resultar sorprendente saber que el primer pollo domesticado no era para comer sino para pelear. Los humanos criaban aves para las peleas de gallos en el sudeste asiático y en China hace ya 10.000 años, pero su carne no se disfrutó hasta más tarde. Ahora, unos investigadores que estudian una antigua ciudad de Israel han encontrado lo que creen que es la primera prueba de que se criaban gallinas para comer.
Para NPR, Dan Charles informa sobre el hallazgo de Maresha, una ciudad que tuvo su apogeo entre el 400 y el 200 antes de Cristo. Allí, los arqueólogos, entre los que se encuentra Lee Perry-Gal, estudiante de doctorado en arqueología de la Universidad de Haifa, encontraron más de mil huesos de pollo con las marcas de los cuchillos utilizados para descuartizarlos. Lo más importante es que encontraron el doble de restos femeninos que masculinos. Las hembras no se pelean, así que todos los indicios apuntan a que los pollos iban a parar a los platos. Charles escribe que algo ocurrió en Maresha para que la gente pensara en los pollos como alimento:
Tal vez, en el seco clima mediterráneo, la gente aprendió mejor cómo criar grandes cantidades de pollos en cautividad. Tal vez los pollos evolucionaron, físicamente, y se volvieron más atractivos como alimento.
Pero Perry-Gal cree que parte de ello debe haber sido un cambio en la forma en que la gente pensaba en la comida. «Es una cuestión de cultura», dice. «Tienes que decidir que vas a comer pollo a partir de ahora».
Los investigadores publicaron sus hallazgos en Proceedings of the National Academy of Sciences. Escriben que las primeras evidencias de comer pollo a gran escala en Europa sólo aparecen durante el primer siglo antes de Cristo, al menos 100 años después de los hallazgos en Israel.
Desde las calles y las casas de Maresha, la popularidad del pollo comenzó a crecer. En los últimos años, la popularidad del pollo en los platos de Estados Unidos ha superado finalmente a la de la carne de vacuno. Ahora, los estadounidenses comen más de 80 libras de pollo por persona cada año.