Reflejo de Bainbridge, también llamado reflejo auricular, aceleración de la frecuencia cardíaca resultante del aumento de la presión sanguínea en, o del aumento de la distensión de, las grandes venas sistémicas y la cámara superior derecha del corazón. Este reflejo, descrito por primera vez por el fisiólogo británico Francis Arthur Bainbridge en 1915, evita la acumulación de sangre en el sistema venoso.
Sensores de presión especiales denominados barorreceptores (o receptores de estiramiento venoauricular) situados en la aurícula derecha del corazón detectan aumentos en el volumen y la presión de la sangre que regresa al corazón. Estos receptores transmiten información a través del nervio vago (décimo nervio craneal) al sistema nervioso central. Esta respuesta da lugar a la activación de las vías nerviosas simpáticas que sirven para aumentar la fuerza de contracción del músculo cardíaco y para aumentar la frecuencia cardíaca (taquicardia). El reflejo de Bainbridge puede bloquearse con atropina, está disminuido o ausente cuando la frecuencia cardíaca inicial es alta, y puede abolirse cortando los nervios vagos.