Los reforzadores secundarios se refieren a los estímulos que se vuelven gratificantes cuando se combinan con otros estímulos reforzantes. Estos reforzadores no son importantes para la supervivencia como los reforzadores primarios, pero siguen siendo vitales para la vida diaria. Estos reforzadores también se conocen como reforzadores condicionados. Por ejemplo: el dinero, las calificaciones y los elogios son reforzadores condicionados.
En otras palabras, el refuerzo secundario es el proceso en el que ciertos estímulos se emparejan con los reforzadores o estímulos primarios para fortalecer ciertas conductas.
Es necesario que un reforzador se empareje con un reforzador primario fuerte para que se convierta en un reforzador secundario en sí mismo.
Ejemplos
Ejemplo1:
Los adiestradores de perros suelen utilizar el sonido de un silbato emparejado con golosinas para reforzar cierta conducta en el perro. Después de cierto tiempo, el perro empieza a reaccionar automáticamente al sonido del silbato. Así, el sonido del silbato empieza a funcionar como un reforzador secundario.
Ejemplo2:
Una profesora concede fichas a sus alumnos cada vez que completan sus tareas a tiempo o siguen las normas de la clase. Luego, al final de la semana, recoge las fichas de cada alumno y, a cambio, distribuye el mismo número de chocolates. De este modo, los alumnos se esfuerzan cada vez más para recibir las fichas, sabiendo que serán recompensados con golosinas al final de la semana.
Aquí, las fichas se utilizan como reforzadores para moldear los comportamientos positivos de los alumnos. Las golosinas que elige para emparejar con las fichas actúan como reforzadores primarios.
Al igual que el refuerzo primario, los reforzadores secundarios también pueden utilizarse tanto en el refuerzo positivo como en el negativo.