Los resultados de un metanálisis publicado en el British Medical Journal (BMJ) mostraron que los pacientes con trastorno de ansiedad que respondían a los antidepresivos presentaban menores tasas de recaída y mayor tiempo hasta la recaída cuando continuaban el tratamiento de la depresión hasta un año de seguimiento.
Para examinar si el riesgo de recaída o el tiempo hasta la recaída en esta población estaba relacionado con el tipo de trastorno de ansiedad, la duración del tratamiento previo, la duración del seguimiento, el modo de interrupción, o la concurrencia o ausencia de psicoterapia, los investigadores llevaron a cabo una revisión sistemática y un metanálisis de los ensayos de prevención de recaídas desde el inicio hasta julio de 2016, utilizando 28 estudios (n=5233) de PubMed, Cochrane, Embase y registros de ensayos clínicos.
Los investigadores seleccionaron ensayos que se centraron en pacientes con una variedad de trastornos de ansiedad, incluyendo el trastorno de pánico, la agorafobia, la fobia social, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de estrés postraumático y las fobias específicas. También se incluyeron en el ensayo pacientes con comorbilidades. En total, hubo 2.625 pacientes en el grupo de antidepresivos y 2.608 en el de placebo.
Los pacientes seleccionados para el estudio habían respondido todos a los antidepresivos y fueron asignados aleatoriamente de forma doblemente ciega para continuar con el antidepresivo o cambiar a un placebo.
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Se compararon las tasas de recaída y el tiempo hasta la recaída en los dos grupos. Hasta 1 año de seguimiento, los pacientes que interrumpieron el tratamiento antidepresivo tuvieron mayores tasas de recaída en comparación con los pacientes que continuaron con la medicación (odds ratio de resumen 3,11; IC del 95%, 2,48-3,89). Cuando los pacientes interrumpieron los antidepresivos, el tiempo hasta la recaída (n=3002) fue más corto (cociente de riesgos instantáneos 3,63; 2,58-5,10; n=11 estudios). Las tasas de recaída resumidas fueron del 36,4% en el grupo de placebo (30,8% a 42,1%; n=28 estudios) y del 16,4% en el grupo de antidepresivos (12,6% a 20,1%; n=28 estudios). Sin embargo, estas tasas variaron mucho entre los estudios, muy probablemente debido a las diferencias en la duración del seguimiento. El abandono fue mayor en el grupo de placebo (OR resumen 1,31, 1,06-1,63; n=27 estudios).
Los resultados de este metanálisis encontraron que la tasa de recaída y el tiempo hasta la recaída no se vieron afectados significativamente por el tipo de trastorno de ansiedad, la duración del tratamiento previo, la duración del seguimiento, el modo de interrupción o la concurrencia o ausencia de psicoterapia.
Los investigadores advirtieron que este meta-análisis no debe interpretarse como un consejo para suspender los antidepresivos después de 1 año. La decisión de continuar o no con el tratamiento antidepresivo debe tomarse en función de consideraciones a largo plazo sobre la prevalencia de recaídas -dada la cronicidad de los trastornos de ansiedad-, de los posibles efectos secundarios y de su gravedad, y de las preferencias del paciente. Cada paciente y su médico deben discutir lo que es mejor en su caso individual a largo plazo.