Muchas veces hemos oído hablar de la intolerancia a la lactosa; la cual consiste en una reacción que abarca el sistema digestivo y puede afectar desde niños hasta a adultos. Sin embargo, no es la única manera en la que nuestro cuerpo podría rechazar la leche de vaca; también existe la Alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV).
¿Sientes que tu hijo presenta una reacción alérgica al consumir productos que contengan lácteos? Sigue leyendo para descubrir si tu pequeño tiene este mal y qué puedes haces al respecto.
¿Qué es la APLV?
Para aprender a diferenciar una alergia a las proteínas de leche de vaca, debes tener en claro de qué trata. La APLV es una reacción exagerada del sistema inmunológico hacia las proteínas de la leche de vaca. Se produce a causa del consumo directo de la leche o a través de la leche materna, si la madre ha consumido productos que contengan este alimento.
Este mal es frecuente en los niños lactantes y menores de 3 años, afectando de 2% al 5% de la población. Comparte algunos síntomas de la intolerancia a la lactosa, tales como: vómitos, cólicos y diarrea. Sin embargo, no se trata del mismo tipo de malestar; este segundo mal es producto de la incapacidad del sistema digestivo de digerir los azúcares de la leche (lactosa).
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Aprende a diferenciarla
Como mencionamos anteriormente, la APLV contiene síntomas similares a los de la intolerancia a la lactosa; no obstante, hay otros síntomas adicionales que, te ayudarán a detectar si tu hijo presenta este tipo de alergia.
Debes tener en cuenta que existen alergias a la proteína de leche de vaca, aquellas mediadas por la Inmunoglobulina E (IgE) implicada en las respuestas inmuno-efectivas por parásitos u otros agentes patógenos para nuestro organismo. Y aquellas no mediadas por el IgE.
APLV mediada por el IgE: Cuando este tipo de alergia es mediada por el IgE, los síntomas aparecen de inmediato. Estos se caracterizan por ser:
- Cólicos y diarrea
- Náuseas y vómitos
- Reacciones cutáneas
- Dificultad al respirar
- Fiebre del heno (lagrimeo, tos seca, picor de nariz y estornudos)
APLV no mediada por el IgE: En estos casos, los síntomas pueden aparecer desde horas a días después del consumo de algún alimento que contenga proteínas de leche de vaca. Estos suelen ser:
- Reacciones cutáneas con eczemas
- Dolor abdominal y estreñimiento
- Dificultad respiratoria
- Falta de crecimiento
- Reflujo
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Tratamientos
Para tratar la APLV, hay dos vías que puedes tomar. En el caso de que tu pequeño se alimente con fórmulas, tu médico pediatra te aconsejará alguna leche de fórmula medicada para bebés con APLV. En caso contrario, como madre lactante deberás eliminar de tu dieta todo producto que, entre sus componentes, contenga proteínas de leche de vaca. Asimismo, en ciertos casos, la ingesta de productos como soya, huevo, pescado y frutos secos, por un periodo aproximado de 12 meses.
Con este tratamiento, en la mayoría de casos, la alergia mejorará o desaparecerá pasados los 12 o 18 meses de edad del pequeño. Para que pueda comprobarse esta mejoría, el pequeño y la madre lactante deberán exponerse, de a pocos, a alimentos que tenían restringidos. Recuerda, siempre con supervisión de un profesional.
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¿Qué debes comer?
Si tienes un hijo con APLV y eres una madre lactante, probablemente empieces a creer que una dieta sin proteínas de leche de vaca es el fin del mundo. Sin embargo, existen muchos alimentos que contienen los mismos nutrientes y te permitirán mantener sano a tu bebé y a ti.
De este modo, puedes reemplazar la leche de vaca por leche de almendras, coco o algún derivado cuyos valores nutricionales tienen casi el mismo equivalente de calcio y otros nutrientes. Asimismo, puedes ingerir alimentos integrales en vez de panes. Estos también contienen leche. Recuerda siempre estar atenta a las etiquetas y acudir a un médico nutricionista, para no perjudicar la salud de tu pequeño.
Por último, ¿tu pequeño presenta síntomas de tener APLV? Infórmale a tu pediatra de confianza para confirmar si es así; sin embargo, algo que tienes que tener por seguro es que este tipo de alergia no es hacia la leche materna. La mejor manera de enfrentar este mal es que des de lactar. La lactancia reforzará el sistema inmunológico de tu bebé.