Antibióticos
Si experimenta un empeoramiento de los síntomas a causa de una infección bacteriana (exacerbación infecciosa), deberá ser tratado con antibióticos.
Se tomará una muestra de flema para determinar qué tipo de bacteria está causando la infección, aunque inicialmente se le tratará con un antibiótico que se sabe que es eficaz contra un número de bacterias diferentes (un antibiótico de amplio espectro) porque puede tardar unos días en obtener los resultados de la prueba.
En función de los resultados de las pruebas, es posible que se le prescriba un antibiótico diferente o, en algunos casos, una combinación de antibióticos conocidos por su eficacia contra las bacterias específicas que causan la infección.
Si se encuentra lo suficientemente bien como para ser tratado en casa, probablemente se le recetarán de 2 a 3 comprimidos de antibióticos al día durante 10 a 14 días.
Es importante que termine el tratamiento aunque se sienta mejor, ya que si lo interrumpe antes de tiempo podría hacer que la infección reaparezca rápidamente.
Si sus síntomas son más graves, es posible que tenga que ser ingresado en el hospital y tratado con inyecciones de antibióticos.
Tratamiento preventivo
Si tiene 3 o más exacerbaciones infecciosas en cualquier año o sus síntomas durante una exacerbación infecciosa fueron particularmente graves, puede recomendarse que tome antibióticos a largo plazo.
Esto puede ayudar a prevenir nuevas infecciones y dar a sus pulmones la oportunidad de recuperarse.
Esto podría implicar la toma de comprimidos de antibióticos en dosis bajas para minimizar el riesgo de efectos secundarios, o el uso de un nebulizador de antibióticos.
El uso de antibióticos de esta manera aumenta el riesgo de que uno o más tipos de bacterias desarrollen una resistencia al antibiótico. Es posible que se le pida que dé muestras de flema regularmente para comprobar si hay alguna resistencia.
Si las bacterias muestran signos de desarrollar una resistencia, puede ser necesario cambiar su antibiótico.