El vino como nueva idea de aperitivo
El aperitivo es un momento de relax, a la espera de la comida. Es un momento del día en el que se puede charlar con los amigos o con los compañeros después del trabajo. En el pasado, el aperitivo se basaba exclusivamente en bebidas alcohólicas o no alcohólicas, aromatizadas con hierbas. En los años 80 se produjo un boom del aperitivo con aceitunas, patatas fritas y cacahuetes. Hoy, la tendencia ha cambiado. El aperitivo se ha convertido casi en una minicomida, servida con una copa de vino y diversos canapés preparados con esmero y basados principalmente en embutidos, quesos, tartas saladas y productos de fondo.
Características del vino de aperitivo
El aperitivo puede ser blanco, tinto, tranquilo o espumoso. Lo más importante es que no sea demasiado fuerte. El vino espumoso es bastante agradable ya que contribuye a la limpieza de las papilas gustativas, a la espera del siguiente bocado. El vino blanco, en general, es perfecto para el aperitivo de verano en la playa. Sus notas afrutadas y florales animan el paladar, pero sólo si se sirve a las temperaturas adecuadas. El vino blanco debe permanecer en la nevera, también a baja temperatura, teniendo en cuenta que el calor lo aumentará. Los vinos tintos ligeros son los más adecuados en invierno y en el centro de la ciudad, cuando el aire se vuelve fresco y el vino tinto da una agradable sensación de calor.
Prosecco, el tradicional vino de aperitivo
El Prosecco es el vino de aperitivo por excelencia. Su estructura ligera y las burbujas lo hacen maridar perfectamente con el canapé que ofrecen los bares de vinos. Pero existe una terrible confusión al respecto: cada vino espumoso propuesto durante el aperitivo suele llamarse Prosecco. En realidad, el Prosecco se refiere exclusivamente a los vinos producidos en el Véneto, que se venden con la certificación del territorio al que pertenecen. El Prosecco más adecuado es la versión extra seca, cuyo residuo de azúcar es más elevado y por ello es menos difícil de maridar con los aperitivos. El Prosecco spago, vino espumoso, no es ideal para el aperitivo, ya que las burbujas son más ásperas y es más adecuado para un plato estructurado. En el Véneto, el Prosecco se marida con pocos aperitivos como una agradable pausa.
Aperitivo con vino blanco, emociones frescas e intensas
En verano, en la playa, el vino blanco tranquilo es bastante habitual como aperitivo. El bar de vinos propone maridajes que recuerdan a las verduras de temporada, el mar y otras especialidades típicas del verano.
El vino blanco tiene que ser fresco, afrutado y joven, con una buena acidez que revigorice el paladar. Una ensalada de pulpo o de pasta, queso fresco, pan tostado con salsa de atún y verduras al pastel pueden ser el maridaje adecuado.
Vino nuevo, vino agradable para un aperitivo de otoño
El vino nuevo se ha convertido en uno de los protagonistas en el ámbito gastronómico. La gente espera a finales de octubre para degustar este vino ligero y afrutado. Tiene una vinificación diferente en comparación con el vino tradicional. Sin embargo, la idea de degustar esta novedad de la época intriga a jóvenes y menos jóvenes. Su estructura ligera lo hace fácil de maridar con embutidos y quesos de media curación. Los perfumes afrutados y el alcohol que contiene lo convierten en el vino perfecto para un aperitivo de otoño, sobre todo en el centro de la ciudad.
Vino tinto para el aperitivo
Hay una gran variedad de vinos de aperitivo. La contraseña es ligera y afrutada, con alcohol. Si prefieres un vino tinto espumoso elige un Lambrusco o un Bonarda dell’Oltrepo’ Pavese. Para el vino tinto tranquilo puede elegir entre Bardolino, Merlot, Montepulciano, Sangiovese di Romagna que son algunos ejemplos de vinos que pueden ser agradables como aperitivo.