Desde hace tiempo se considera que la realización de exámenes es la forma más precisa y eficaz de medir los logros académicos de los estudiantes en las escuelas y universidades. La mayoría de los estudiantes saben muy bien el tiempo que puede consumir el proceso de estudio y lo estresante que pueden ser las pruebas, ya sea que se enfrenten a una redacción, a preguntas de opción múltiple o a preguntas de verdadero o falso.
Los costes de la realización de exámenes estandarizados
Además de la ansiedad que provoca la realización de exámenes, el sistema también es más costoso de lo que se piensa. Hasta un 15 por ciento del tiempo asignado al curso escolar se dedica a realizar evaluaciones o a prepararse para ellas, y los profesores pueden dedicar hasta un 26 por ciento de su tiempo a prepararlas. El proceso real de las pruebas suele llevar entre 20 y 25 horas cada año, y la administración de todo el sistema de pruebas tiene un coste estimado de 1.700 millones de dólares. No es de extrañar que más del 80 por ciento de los profesores sugieran que el sistema de exámenes ocupa demasiado tiempo de sus alumnos.
Otros inconvenientes
Pero no es sólo el coste en tiempo y dinero lo que lleva a muchos en el ámbito educativo a creer que puede haber un sistema de exámenes mejor. La realización de pruebas estandarizadas no proporciona realmente una imagen completa y precisa de la capacidad de un estudiante, del progreso general que ha hecho durante el año o de la capacidad del profesor. Muchos resultados de las pruebas son sencillamente inexactos, ya que en muchos casos se han rebajado las puntuaciones necesarias para aprobar el examen con el fin de lograr una mayor coherencia. Las distintas pruebas suelen tener objetivos diferentes y confusos, y normalmente los alumnos, padres y profesores no reciben los resultados de las pruebas administradas por el Estado hasta el siguiente curso escolar. Y el sistema parece casi diseñado para provocar ansiedad, estrés y noches de estudio.
Soluciones creativas a los exámenes estandarizados
Evaluaciones basadas en juegos
Aunque el sistema de exámenes estandarizados se considera objetivo y justo, los educadores abogan cada vez más por otros métodos de examen en un intento de aumentar el alcance de lo que se evalúa y de hacer el aprendizaje más divertido. Los métodos de examen mejorados o alternativos se están convirtiendo en una opción más viable en el aula, gracias a los avances tecnológicos y al aumento de la investigación sobre el tema. Alrededor del 97% de los jóvenes de 12 a 18 años juegan habitualmente, lo que hace que las evaluaciones basadas en juegos sean una dirección obvia a la que dirigirse. Ser evaluado mientras se juega puede medir el trabajo en equipo, la resistencia y la creatividad, y permite a los profesores obtener una imagen más completa del proceso de resolución y aprendizaje. Y los estudiantes no necesitan interrumpir su aprendizaje para ser evaluados, cuando participan en evaluaciones basadas en juegos.
Evaluaciones basadas en portafolios
Es más probable que los estudiantes tengan una actitud positiva hacia sus clases y utilicen diferentes estrategias de aprendizaje cuando se implementan evaluaciones basadas en portafolios. Las evaluaciones también significan que el progreso, el esfuerzo y la mejora de un estudiante son seguidos y medidos durante un período de tiempo más largo, lo que permite una imagen más precisa del rendimiento general. Y una evaluación basada en un portafolio da al estudiante la oportunidad de centrarse en un tema que le interesa, investigar y discutir su trabajo, y luego presentarlo.
La ansiedad por los exámenes, las bajas puntuaciones y las escuelas sin fondos podrían ser cosa del pasado, a medida que más educadores se den cuenta del potencial de estos métodos alternativos de evaluación.