La braquimetatarsia es una enfermedad por la que uno de los cinco huesos metatarsianos del pie es anormalmente corto, lo que provoca un acortamiento del dedo. Suele ocurrir de forma bilateral (en ambos pies) y afecta con mayor frecuencia al cuarto dedo. Si afecta a más de un dedo del pie, se denomina braquimetatarsia. La braquimetatarsia se produce cuando el cartílago de crecimiento del metatarsiano se cierra antes de tiempo, lo que provoca una detención prematura del crecimiento. Puede ser una afección congénita o una deformidad adquirida tras un traumatismo, una infección, un tumor, una radiación o una intervención quirúrgica previa. La braquimetatarsia adquirida puede estar asociada a anomalías esqueléticas y sistémicas, incluyendo:
- Anemia de células falciformes
- Displasia epifisaria múltiple
- Exostosis hereditaria múltiple
- Artritis reumatoide juvenil
La polidactilia o sindactilia también pueden encontrarse en combinación con la braquimetatarsia. Cualquier problema asociado deberá abordarse antes o durante el tratamiento del dedo corto. La braquimetatarsia tiene una prevalencia mucho mayor en las mujeres que en los hombres, en una proporción de 25:1.
Los pacientes con braquimetatarsia suelen tener dificultades para usar zapatos, dolor y quejas estéticas. Los pacientes también suelen tener dificultades para caminar. Durante la marcha normal, el peso se distribuye desde el quinto dedo del pie, al cuarto, al tercero, y así hasta el primero. Esto ocurre porque los dedos son progresivamente más largos yendo del quinto al primero. Si uno de los dedos es más corto que el que le precede (por ejemplo, el cuarto dedo), se interrumpe el proceso de reparto del peso. En consecuencia, los dedos situados a ambos lados del dedo acortado (por ejemplo, el tercero y el quinto) deben soportar un mayor peso, lo que provoca dolor y dificultades en la marcha. El dedo acortado también tiende a desviarse hacia arriba, lo que puede dificultar el uso de zapatos.