El diagnóstico fue difícil de afrontar.
Los expertos estiman que la enfermedad de Peyronie, un trastorno del tejido conectivo, afecta al menos al 5 por ciento de los hombres. Aunque se desconoce la causa del trastorno, los médicos creen que la predisposición genética y los pequeños traumatismos repetitivos en el pene durante la actividad sexual pueden influir. Las personas con diabetes y las que se han sometido a una operación de cáncer de próstata o a una disfunción eréctil también son susceptibles de padecer la enfermedad, según el doctor Larry Lipshultz, profesor de urología del Baylor College of Medicine.
Las opciones de tratamiento son muy limitadas, y no existe cura. «No existe ninguna medicación oral o tópica», afirma la doctora Elizabeth Kavaler, uróloga del Hospital Lenox Hill, en Nueva York. «Se puede extirpar la placa y apretar el otro lado, pero eso reduce la longitud, o se puede utilizar una prótesis de pene».
Lipshultz dijo que ha tenido algo de suerte con alrededor de la mitad de sus pacientes cuando les administra un fármaco llamado verapamilo, un bloqueador de los canales de calcio, que se inyecta en el cuerpo del pene. El uso de este fármaco se basa en su capacidad para degradar el colágeno, ralentizando, previniendo o incluso revirtiendo la formación de placas y la progresión de la enfermedad de Peyronie, según un estudio de 2002 publicado en el International Journal of Impotence Research. A veces también se utiliza un gel de verapamilo que se aplica sobre la piel, según Kavaler.