El valor del modelado analógico en la construcción de teorías científicas ha sido respaldado por varios filósofos de la ciencia (por ejemplo, Hesse, 1966; Harré, 1976; Abrantes, 1999). Este artículo ofrece una breve visión general de la importante, pero descuidada, estrategia de investigación del modelado analógico. Esta estrategia ha demostrado ser un recurso valioso para el desarrollo de muchas teorías científicas. También puede ser un recurso valioso para el desarrollo de teorías psicológicas.
Modelación analógica
La necesidad de la modelación analógica surge de dos características que suelen estar presentes en la generación inicial de teorías científicas. En primer lugar, como ocurre con el análisis factorial exploratorio, por ejemplo, la generación de teorías adopta la forma de razonamiento explicativo conocida como abducción existencial, mediante la cual se postula la existencia, pero no la naturaleza, de las entidades teóricas. En estas situaciones, se requiere una estrategia de investigación adecuada para conocer la naturaleza de estas entidades ocultas. La modelización analógica es una estrategia adecuada para llevar a cabo el trabajo de elaboración requerido. En segundo lugar, la postulación de entidades teóricas a través de la abducción existencial confiere una evaluación de plausibilidad inicial a esas postulaciones. Sin embargo, para que las afirmaciones sobre esas entidades latentes tengan el estatus de conocimiento genuino, hay que realizar un trabajo evaluativo adicional. La construcción de modelos analógicos apropiados sirve para evaluar aún más, la plausibilidad de la comprensión ampliada que ofrecen, así como para ampliar nuestra comprensión de esas entidades.
En la ciencia, el aumento de nuestro conocimiento de la naturaleza de los mecanismos causales de nuestras teorías mediante el modelado analógico se logra utilizando la estrategia pragmática de concebir estos mecanismos desconocidos en términos de lo que ya es familiar y bien entendido. Ejemplos conocidos de modelos que han resultado del uso de esta estrategia son el modelo de la herencia cromosómica, basado en una analogía con una sarta de cuentas; el modelo de la selección natural, basado en una analogía con la selección artificial; y los modelos computacionales de la mente, basados en analogías con el ordenador. Con respecto a los objetos de la investigación científica, la estrategia del modelado analógico puede representarse en la siguiente secuencia:
Los fenómenos son producidos por ENTIDADES CAUSALES, que son representadas por MODELOS ANALÓGICOS DE MECANISMOS CAUSALES que conducen a TEORÍAS QUE CONTIENEN MODELOS ANALÓGICOS DESARROLLADOS.
Para comprender mejor la naturaleza del modelado analógico, es necesario distinguir entre un modelo, la fuente del modelo, y el sujeto, o el objetivo, del modelo (Hesse, 1966; Harré, 1976). A partir de la naturaleza y el comportamiento conocidos de la fuente, se construye un modelo analógico del sujeto o mecanismo causal desconocido. Para tomar un ejemplo biológico, Darwin construyó su modelo del sujeto de la selección natural razonando por analogía a partir de la fuente de la naturaleza y el comportamiento conocidos del proceso de selección artificial. De este modo, los modelos analógicos desempeñan un importante papel creativo en el desarrollo de la teoría.
Sin embargo, este papel creativo requiere que la fuente de la que se extrae el modelo sea diferente del tema que se modela. Por ejemplo, el ordenador moderno es una fuente bien conocida para la modelización de la cognición humana, aunque generalmente no se piensa que nuestro aparato cognitivo sea un ordenador real. Los modelos en los que la fuente y el sujeto son diferentes se denominan a veces paramorfos. Se trata de un requisito para la modelización analógica de los procesos reales e imaginados. Los modelos en los que la fuente y el sujeto son iguales se denominan a veces homeomorfos. Por ejemplo, un avión de juguete puede ser un modelo homeomorfo de un avión real. El paramorfo puede ser una representación icónica de cosas reales o imaginadas. La representación icónica combina elementos de información visualizable y proposicional en un complejo imagen-enunciado que, en última instancia, puede expresarse en oraciones. La idea del campo de potencial en física es un buen ejemplo porque se representa tanto en forma gráfica como sentencial.
Son los paramorfos icónicos los que figuran de manera central en el proceso creativo de desarrollo de la teoría a través del modelado analógico. Los modelos icónicos se construyen como representaciones de la realidad, real o imaginada. Representan los mecanismos causales hipotetizados. Aunque son representaciones, los modelos icónicos son en sí mismos cosas, estructuras o procesos que se corresponden de algún modo con las cosas, estructuras o procesos que son objeto de modelización. Son, por tanto, el tipo de cosas sobre las que pueden versar las oraciones (Harré, 1976). Aquí hay que señalar que las teorías científicas que son modelos representan el mundo de forma menos directa que las teorías que no son modelos.
Además de desarrollar teorías nacientes, la estrategia de modelización analógica también sirve para evaluar su plausibilidad. Al evaluar la aptitud de un modelo analógico, hay que valorar la analogía entre su fuente y su objeto, y para ello hay que considerar la estructura de las analogías. La estructura de las analogías en los modelos comprende una analogía positiva en la que la fuente y el sujeto se parecen, una analogía negativa en la que la fuente y el sujeto no se parecen, y una analogía neutra en la que no tenemos ningún conocimiento fiable sobre los atributos coincidentes en la fuente y el sujeto del modelo (Hesse, 1966). La analogía negativa es irrelevante para los fines del modelado analógico. Dado que esencialmente ignoramos la naturaleza del mecanismo hipotético del sujeto, aparte de nuestro conocimiento de la fuente del modelo, no podemos especificar ninguna analogía negativa entre el modelo y el mecanismo que se está modelando. Así, al considerar la plausibilidad de un modelo analógico, se tiene en cuenta el equilibrio de las analogías positivas y neutras (Harré, 1976). Aquí es donde se explica la relevancia de la fuente para el modelo. En general, el razonamiento analógico que emplean los científicos es informal y se basa en argumentos de verosimilitud.
Abducción analógica
El razonamiento por analogía es una forma importante de inferencia, pero es difícil de caracterizar con precisión. Dado que el razonamiento analógico da lugar a nuevas afirmaciones de conocimiento, es ampliativo, o aumenta el contenido, una característica que comparte con el razonamiento inductivo. Sin embargo, a diferencia de los argumentos basados en la inferencia inductiva, los argumentos basados en la analogía pueden producir afirmaciones de conocimiento sobre nuevos tipos de cosas. Brevemente, podemos decir que una analogía es un argumento basado en paralelos o similitudes supuestas o conocidas entre dos o más objetos, propiedades o eventos. Lo que se conoce sobre una clase de entidades se emplea para aprender más sobre la otra clase de entidades. Un buen argumento analógico permite comprender lo menos conocido en términos de lo más conocido, discerniendo que ambos se parecen en aspectos relevantes, pero no en otros. Como ya se ha mencionado, el razonamiento por analogía desde el funcionamiento conocido de los ordenadores hasta el carácter menos conocido de los procesos cognitivos humanos se lleva a cabo con frecuencia en la investigación psicológica.
El razonamiento analógico es importante en la ciencia y, obviamente, se encuentra en el corazón inferencial del modelado analógico. Hay que destacar que el razonamiento abductivo, o explicativo, es una forma importante de razonamiento científico por derecho propio. Dado que las teorías que se elaboran en la ciencia son a menudo teorías explicativas, el uso del modelado analógico para desarrollar esas teorías implicará necesariamente la combinación de las dos formas de razonamiento para producir una forma creativa de razonamiento conocida como abducción analógica. La ciencia a menudo busca mejorar la calidad de una teoría explicativa apelando a un tipo de explicación similar que sea conocida y aceptada por la comunidad científica. De este modo, se emplea un razonamiento analógico de tipo abductivo.
El razonamiento implicado en la abducción analógica puede enunciarse sencillamente en forma de un esquema argumental general como el siguiente:
La hipótesis H sobre la propiedad Q era correcta en la situación S1.
La situación S1 es como la situación S2 en aspectos relevantes.
Por tanto, un análogo de H podría ser apropiado en la situación S2.
La teoría o modelo de selección natural de Darwin (1958), y los otros modelos analógicos mencionados, hacen un uso esencial de la abducción analógica. El argumento general de la abducción analógica que acabamos de exponer puede reescribirse de forma simplificada para el caso de Darwin de la siguiente manera:
La hipótesis de la evolución por selección artificial era correcta en los casos de cría doméstica selectiva.
Los casos de cría doméstica selectiva son como los casos de la evolución natural de las especies con respecto al proceso de selección.
Por tanto, por analogía con la hipótesis de la selección artificial, la hipótesis de la selección natural podría ser apropiada en situaciones en las que las variantes no se seleccionan deliberadamente.
Al formular su teoría de la selección natural, Darwin aprovechó las dos características más importantes de la abducción analógica: Su capacidad de crear y su capacidad de justificar. Al razonar por analogía, utilizando hechos conocidos sobre la selección artificial, Darwin fue capaz de hipotetizar el mecanismo paralelo de la selección natural que explicaba la diversidad entre las especies naturales. Al mismo tiempo, pudo apelar al valor epistémico de su analogía cuidadosamente elaborada y proclamar la plausibilidad de su hipótesis de la selección natural. Numerosos científicos creativos han sido capaces de explotar los recursos de la abducción analógica de esta manera.
El modelo dramatúrgico
Un ejemplo instructivo de un modelo analógico en psicología es el modelo de reglas de rol de interacción microsocial de Rom Harré (1979). Con el modelo de reglas de rol, la perspectiva dramatúrgica de Irving Goffman (1959) sobre la acción humana proporciona el modelo fuente para comprender los mecanismos causales subyacentes implicados en la producción de la interacción social ceremonial, argumentativa y de otro tipo. Este modelo también puede presentarse de acuerdo con el simple esquema argumental utilizado inmediatamente antes para mostrar la estructura básica de su razonamiento abductivo analógico:
La teoría de la dramaturgia proporciona un relato correcto del comportamiento en el escenario teatral.
El comportamiento en el escenario teatral es como una buena parte del comportamiento humano en la vida social.
Por lo tanto, por analogía con la teoría de la dramaturgia, gran parte del comportamiento social humano podría entenderse y supervisarse como actores en el escenario de la vida.
La idea básica de la perspectiva dramatúrgica es que observamos y escuchamos un simulacro de la vida en el escenario, y que nuestro conocimiento de cómo se produce nos proporciona una guía para la creación de la vida real. La perspectiva dramatúrgica de Goffman proporciona un relato analítico detallado de los roles y reglas que los agentes humanos siguen en el escenario de la vida, combinado con una «conciencia vigilante» del actor, el productor, el público y el crítico.
Como modelo de fuente, el modelo dramatúrgico tiene analogías tanto positivas como negativas, ya que existen claras similitudes y diferencias entre la vida real y los actos escenificados dramáticamente. En cuanto a las similitudes, Goffman señaló que para ser entendido como la persona que está representando, el actor tiene que actuar de forma paralela a lo que el público esperaría de ese tipo de persona. Está claro que hay diferencias entre el teatro y la vida real. Las diferencias tienen que ver con secuencias de actos y acciones que son a la vez selectivas, simplificadas y aumentadas. Por ejemplo, en comparación con la vida real, sólo se sigue un número limitado de secuencias vitales, el tiempo se comprime y las resoluciones se alcanzan efectivamente (Harré, 1979). La reducción del número de secuencias vitales y la compresión del tiempo son procesos abstractivos. El uso de resoluciones exitosas es un movimiento idealizado. De este modo, las estrategias de modelización de la abstracción y la idealización se emplean para simplificar el complejo dominio de la interacción microsocial.
Conclusión
La modelización analógica en la ciencia es una empresa cognitiva arriesgada. En la práctica, implica leer ampliamente en disciplinas vecinas en busca de modelos fuente potencialmente fructíferos, y seleccionar aquellos modelos fuente que han funcionado bien en teorías que se consideran similares a la teoría que se está desarrollando. Además, la metodología de modelización a través de la abducción analógica proporciona una guía útil para ampliar el conocimiento de los científicos sobre los mecanismos causales latentes (véase, por ejemplo, Harré, 2004; Haig, 2014). Por supuesto, los límites relevantes de la relación de similitud entre la fuente y el sujeto del modelo se deciden con referencia a cuestiones de hecho contingentes que son específicas de los casos particulares, no por referencia a consejos generales sobre el modelado analógico. A diferencia de la práctica de investigación modal de la psicología, que consiste en evaluar las hipótesis mediante simples pruebas hipotético-deductivas, la evaluación de los modelos analógicos implica la realización de juicios de verosimilitud sobre ellos. Sin embargo, estos juicios deben reforzarse comparando posteriormente las teorías desarrolladas con sus rivales antes de que los modelos puedan considerarse debidamente acreditados. Los investigadores que quieran dedicarse a la modelización analógica tendrán que adoptar una actitud de «hágalo usted mismo» más que la habitual en psicología.
Abrantes, P. (1999). Razonamiento analógico y modelización en las ciencias. Found. Sci. 4, 237-270. doi: 10.1023/A:1009623823171
CrossRef Full Text
Darwin, C. (1958). El origen de las especies. 6th Edn. New York, NY: Mentor.
Goffman, E. (1959). The Presentation of Self in Everyday Life. New York, NY: Doubleday Anchor.
Haig, B. D. (2014). Investigando el mundo psicológico: Scientific Method in the Behavioral Sciences. Cambridge, MA: MIT Press. (en prensa).
Harré, R. (1976). «The constructive role of models», en The Use of Models in the Social Sciences, ed L. Collins (Londres: Tavistock), 16-43.
Harré, R. (1979). Social Being. Oxford: Basil Blackwell.
Harré, R. (2004). Modelos: Puerta a lo desconocido. Amsterdam: Elsevier.
Hesse, M. (1966). Models and Analogies in Science. Notre Dame: University of Notre Dame Press.