¿Qué es la energía de la biomasa?

La energía de la biomasa es tan antigua como el fuego de las cavernas y sigue siendo una importante fuente de energía renovable en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su antiguo uso como fuente de calor y energía, mucha gente no sabe qué significa realmente la energía de la biomasa ni de dónde proceden los biocombustibles.

¿Qué es la energía de la biomasa?

La energía de la biomasa es la energía renovable procedente de plantas y animales. Las plantas, por ejemplo, producen energía de biomasa mediante la fotosíntesis. La energía de la biomasa es mucho más saludable para el planeta que las fuentes de energía no renovables, como el carbón.

Debido a que la definición de biomasa es tan amplia, los combustibles que pueden considerarse «biomasa» incluyen una gran variedad de elementos y los investigadores están descubriendo nuevas fuentes de energía de biomasa todo el tiempo. El estiércol animal, los residuos de los vertederos, los pellets de madera, el aceite vegetal, las algas, los cultivos como el maíz, el azúcar, el pasto varilla y otros materiales vegetales -incluso el papel y la basura doméstica- pueden utilizarse como fuente de combustible de biomasa.

El combustible de biomasa puede convertirse directamente en energía térmica a través de la combustión, como la quema de un tronco en una chimenea. En otros casos, la biomasa se convierte en otra fuente de combustible; los ejemplos incluyen la gasolina de etanol hecha de maíz o el gas metano derivado de los residuos animales.

¿Qué tan práctica es la energía de la biomasa?

Aproximadamente entre el tres y el cuatro por ciento de la energía de Estados Unidos procede de la biomasa, mientras que el 84 por ciento proviene de combustibles fósiles como el gas natural, el carbón y el petróleo. Está claro que la biomasa tiene un largo camino que recorrer antes de ser ampliamente aceptada como fuente de energía.

A pesar de estos retos, el creciente uso de la energía de la biomasa tiene muchas ventajas. Una ventaja obvia que tienen los combustibles de biomasa sobre otras fuentes de energía es que la biomasa es renovable: Podemos cultivar más plantas, pero nadie puede fabricar más petróleo.

Otra ventaja es que algunas fuentes de biomasa, como el estiércol, el serrín y la basura de los vertederos, utilizan una fuente de combustible que de otro modo se desperdiciaría. Por lo tanto, estas fuentes reducen nuestra dependencia de los combustibles fósiles y de la energía nuclear, a la vez que reducen los impactos negativos -ruido, olor, alimañas, disminución del valor de la propiedad- que se asocian a los vertederos.

La energía de la biomasa y el medio ambiente

La biomasa es una fuente de energía renovable que puede reponerse en cada ciclo de cultivo, cosecha de madera o pila de estiércol, pero no es perfecta. Dado que procede de diversas fuentes, el combustible de biomasa no siempre tiene la misma calidad ni la misma eficiencia energética, y todavía no existe una red bien desarrollada de refinerías y distribuidores de biomasa, como ocurre con la gasolina y el gas natural.

Además, la quema de combustibles de biomasa, al igual que la de combustibles fósiles, produce contaminantes potencialmente peligrosos como compuestos orgánicos volátiles, partículas, monóxido de carbono (CO) y dióxido de carbono (CO2). El CO2 es un gas de efecto invernadero que es una de las principales causas del calentamiento global y del cambio climático.

La naturaleza renovable de la energía de la biomasa, sin embargo, puede reducir en gran medida este impacto ambiental. Mientras que la quema de biomasa libera monóxido de carbono y CO2 a la atmósfera, los árboles y las plantas que se cultivan como fuente de energía de biomasa también capturan carbono de la atmósfera durante la fotosíntesis. Este proceso suele denominarse «secuestro de carbono» o «banco de carbono».

¿Es la energía de la biomasa respetuosa con el medio ambiente?

Hay cierta controversia sobre el balance coste-beneficio de la energía de la biomasa y el secuestro de carbono. Algunos analistas han descubierto que el carbono atmosférico (CO y CO2) que se libera cuando se queman los combustibles de biomasa es aproximadamente igual al carbono almacenado en los árboles y plantas que crecen en las «plantaciones» de biomasa. Este análisis hace que la energía de la biomasa sea esencialmente neutra en carbono y respetuosa con el medio ambiente.

Otros expertos, sin embargo, han descubierto que el desarrollo de la energía de la biomasa a escala industrial está causando estragos en el entorno natural y en la calidad del aire. Greenpeace ha publicado un informe, «Fueling a Biomess», en el que se constata que el crecimiento a gran escala de la energía de la biomasa se ha extendido más allá de las fuentes de residuos, como el serrín y los desechos de las fábricas de papel, y que ahora se están destruyendo árboles enteros y otros hábitats forestales importantes:

«Sólo Canadá libera anualmente unas 40 megatoneladas de emisiones de CO2 procedentes de la producción de bioenergía forestal, una cantidad que supera las emisiones del tubo de escape de todos los vehículos canadienses de pasajeros ligeros de 2009. El CO2 emitido perjudicará al clima durante décadas antes de ser capturado por los árboles que vuelven a crecer».

El futuro de la energía de la biomasa

Aunque es una fuente de energía antigua, la energía de la biomasa todavía tiene un largo camino que recorrer antes de sustituir a otras fuentes de energía como los combustibles fósiles y la energía nuclear.

No obstante, la chimenea doméstica no va a desaparecer, y es probable que una política energética diversificada sea la mejor estrategia para la seguridad energética en el siglo XXI. Como han afirmado los investigadores del Laboratorio Nacional de Oak Ridge,

«Los estudios sugieren que la estrategia óptima será diferente de un lugar a otro, determinada por la calidad de la tierra, sus usos actuales, los usos en competencia y las demandas de energía.»

Dato divertido

Según el Departamento de Energía de EE.UU., para el año 2030 este país tiene el potencial de producir de forma sostenible 1.000 millones de toneladas de biomasa cada año, lo suficiente como para llenar un camión de 16 pies apilado hasta la luna.

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