Al elegir un método para la medición y el seguimiento de la resistencia del hormigón, es importante que los directores de proyecto tengan en cuenta el impacto que cada técnica tendrá en su calendario. Mientras que algunos procesos de ensayo pueden realizarse directamente en la obra, otros requieren un tiempo extra para que las instalaciones de terceros entreguen los datos de resistencia. El tiempo no es el único factor que contribuye a las decisiones de los directores de proyecto. La precisión del proceso de ensayo es igual de importante, ya que afecta directamente a la calidad de la estructura de hormigón.
El método más común para controlar la resistencia del hormigón in situ es el uso de cilindros curados in situ. Esta práctica ha permanecido generalmente sin cambios desde principios del siglo XIX. Estas muestras se vierten y curan de acuerdo con la norma ASTM C31 y se someten a pruebas de resistencia a la compresión por parte de un laboratorio externo en varias etapas. Normalmente, si la losa ha alcanzado el 75% de su resistencia diseñada, los ingenieros dan el visto bueno a su equipo para pasar a los siguientes pasos del proceso de construcción.
Desde que se introdujo por primera vez este método de ensayo, ha habido muchos avances para acelerar el proceso de curado. Esto incluye el uso de mantas térmicas, aditivos y retardadores de vapor, etc. Sin embargo, los contratistas siguen esperando tres días después de su vertido antes de realizar la prueba de resistencia, a pesar de que sus objetivos a menudo se alcanzan mucho antes que eso.
A pesar de saberlo, muchos directores de proyectos prefieren seguir esta práctica de prueba porque es «la forma en que siempre se ha hecho». Sin embargo, eso no significa que esta técnica sea el método más rápido y preciso para probar la resistencia de todos sus vertidos. De hecho, hay muchas prácticas diferentes, aparte de las pruebas de rotura de cilindros, que pueden utilizarse. Aquí hay siete enfoques diferentes a considerar cuando se elige un método de prueba de resistencia:
Métodos para probar el hormigón. Medición de la resistencia
- Martillo de rebote o martillo Schmidt (ASTM C805)
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Prueba de resistencia a la penetración (ASTM C803)
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Velocidad de pulso ultrasónico (ASTM C597)
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Prueba de extracción (ASTM C900)
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Cilindros colados in situ (ASTM C873)
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Perforación del núcleo (ASTM C42)
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Sensores de madurez inalámbricos (ASTM C1074)
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Métodos combinados de medición de la resistencia del hormigón
Una combinación de estos métodos para medir la resistencia a la compresión se utiliza a veces para asegurar el control y la garantía de calidad de una estructura de hormigón. Un método combinado da como resultado una visión más completa de su losa, permitiéndole confirmar los datos de resistencia utilizando más de un método de ensayo. La precisión de sus datos de resistencia también aumentará, ya que el uso de varios métodos ayudará a tener en cuenta los factores que influyen, como el tipo de cemento, el tamaño de los áridos y las condiciones de curado. Por ejemplo, se ha estudiado una combinación del método de velocidad de pulso ultrasónico y el ensayo de martillo de rebote. Del mismo modo, cuando utilice el método de madurez en su obra para probar la resistencia a la compresión, se recomienda realizar ensayos de rotura de cilindros en el día 28 del ciclo de vida de su hormigón con fines de aceptación y para confirmar la resistencia de su losa in situ.
Cómo decidir qué método de medición de la resistencia del hormigón utilizar para su próximo vertido
Pruebas como la del martillo de rebote y la técnica de resistencia a la penetración, aunque son fáciles de realizar, se consideran menos precisas que otros métodos de prueba (Science Direct). Esto se debe a que no examinan el centro del elemento de hormigón, sino sólo las condiciones de curado directamente debajo de la superficie de la losa. Las prácticas, como el método de velocidad de impulsos ultrasónicos y el ensayo de arrancamiento, son más difíciles de realizar, ya que su proceso de calibración es largo y requiere un gran número de muestras para obtener datos precisos.
Como técnicas de ensayo destructivas, los métodos del núcleo perforado y del cilindro colado en el lugar necesitan que laboratorios de terceros realicen ensayos de rotura para obtener datos. Como resultado, se necesita más tiempo en el programa del proyecto cuando se utiliza cualquiera de estos métodos. En comparación, con el método de madurez, puede obtener datos de resistencia en tiempo real directamente en la obra, lo que permite tomar decisiones rápidas y bien informadas. Al reducir su dependencia de las pruebas de rotura, también puede evitar las imprecisiones asociadas a los laboratorios de pruebas.
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Su decisión a la hora de elegir un método de prueba puede reducirse simplemente a lo que conoce y está acostumbrado. Sin embargo, la precisión de estos ensayos y el tiempo que tardan en obtener los datos de resistencia, son factores significativos que no siempre se tienen en cuenta con el peso que deberían. Piense en el destino de todo su tiempo y dinero durante la construcción de un proyecto. ¿Cuánto se gasta en reparaciones, honorarios de los laboratorios de pruebas y mano de obra adicional para asegurarse de que el proyecto termina a tiempo? La precisión de la técnica que elija puede conducir a futuros problemas de durabilidad y rendimiento de su estructura de hormigón. Además, la elección de una técnica que requiera un tiempo adicional para recibir los datos de resistencia puede ir en detrimento de los plazos de su proyecto, afectando negativamente a la productividad en su obra. Por el contrario, la elección de la herramienta adecuada puede tener un impacto positivo en los plazos del proyecto y permitirle terminar el proyecto por debajo del presupuesto. ¿Cómo decidir qué método de ensayo de resistencia utilizar?