Los dátiles son una de las frutas cultivadas más antiguas: se cree que formaban parte de la dieta babilónica hace 8.000 años. Se cultivan en el norte de África e Israel, y existen diversas variedades, pero sólo un puñado se exporta a Gran Bretaña.
Los colores van del amarillo miel, al rojo y al marrón, siendo este último el más común.
Se pueden adquirir frescos o secos, y son muy dulces, con un sabor rico y profundo y una textura exuberante y ligeramente masticable. La variedad Medjool, de color marrón caoba, es la más dulce y sabe un poco a caramelo.
Disponibilidad
Los dátiles secos y frescos están disponibles durante todo el año, pero los frescos son mejores entre noviembre y enero.
Elija los mejores
Los dátiles frescos deben ser gordos y húmedos, con la piel brillante. Los dátiles secos, aunque un poco arrugados, no deben parecer demacrados, y deben seguir siendo gordos y brillantes, con un color uniforme. Se venden enteros, envasados en cajas largas y estrechas, o prensados en bloques.
Prepárelos
Los dátiles secos están listos para su uso inmediato: basta con cortarlos del bloque o coger los que necesite de la caja, pero también puede remojarlos en un líquido como el té o varios tipos de alcohol, para potenciar el sabor y la humedad.
Para retirar el hueso de un dátil fresco, basta con empujarlo con los dedos, o abrirlo longitudinalmente, retirarlo y volver a cerrar la pulpa. Para quitarle la piel, tire del tallo y pellizque un extremo para sacar la pulpa.
Conservar
Los dátiles frescos se conservan en un recipiente hermético en el frigorífico durante una semana aproximadamente. Los dátiles secos guardados en un recipiente hermético en un lugar fresco y oscuro se conservan hasta un año.
Alternativas
Prueba la ciruela pasa.