Q. ¿Puede el hipo matarte?
A. El hipo ordinario, resultante de cosas como comer en exceso y el estrés, suele ser benigno. Pero el hipo puede indicar un problema grave, y un ataque prolongado e incontrolable puede provocar consecuencias debilitantes como fatiga, pérdida de peso, depresión, problemas con el ritmo cardíaco, reflujo esofágico y, posiblemente, agotamiento y muerte en un paciente debilitado.
En un caso famoso, el Papa Pío XII tuvo largos periodos de hipo, asociados a una gastritis, aunque finalmente murió de un ataque.
El hipo es un espasmo del diafragma, la lámina muscular que controla la respiración, acompañado de una inhalación repentina y del cierre de la epiglotis, el trozo de tejido situado en la parte posterior de la garganta que puede cerrar las vías respiratorias.
Hay que investigar la causa subyacente del hipo molesto. Por ejemplo, las complicadas vías nerviosas que intervienen en el hipo pueden verse afectadas por enfermedades como la esclerosis múltiple; en estos casos, y para otros tipos de hipo graves, se suelen recetar relajantes musculares.