El cálculo varado: Relación entre la apendicitis aguda y el apendicolito Aljefri A, Al-Nakshabandi N – Saudi J Gastroenterol

Resumen

Antecedentes/Objetivo: Examinar la relación entre la apendicitis aguda y la presencia de un apendicolito en las TC abdominales de los pacientes que acuden a los servicios de urgencia. Material y métodos: Se revisaron retrospectivamente los informes de TC abdominal de 267 pacientes a través de la base de datos PACS. Se utilizó un escáner de 16 cortes MDCT GE Light Speed (Milwaukee WI) con un protocolo de exploración de 5 mm de colimación axial y un pitch de 1,0, junto con material de contraste oral (Gastrografin 3,7% diatrizoate meglumine) y 140 mL de material de contraste intravenoso (IV) no iónico (Omnipaque). Se prestó especial atención al protocolo de estudio, a la edad y al sexo de los pacientes. Análisis estadístico: Se utilizó MS-EXCEL y SPSS versión 12.0 para realizar las pruebas de chi-cuadrado y exacta de Fisher. Se utilizaron Bookends y Papers, componentes del software Mac OS X, para la revisión de la literatura y la organización de los resultados. Resultados: Se examinaron 267 informes de tomografía computarizada abdominal junto con sus respectivas imágenes en una estación de trabajo GE Centricity. Treinta y cuatro (12,7%) fueron etiquetados como casos de apendicitis aguda sobre la base de los hallazgos de la TC y al resto se le asignaron otros diagnósticos. Veintiséis de los 267 informes de TC eran estudios simples y 241 eran exploraciones con contraste. Menos de la mitad de los pacientes (123, 46,1%) eran varones y 144 (53,9%) eran mujeres. Trece varones (48,1%) y 14 (51,9%) mujeres presentaban un apendicolito. Sólo el 3% en el grupo de edad de ≤ 11 años, en contraste con el 40% en el grupo de edad de 11-20 años, fue diagnosticado de apendicitis. La incidencia en otros grupos de edad fue la siguiente: 19% en el de 21-30, 14% en el de 31-40, 2,5% en el de 41-50, 8% en el de 51-60 y 61-70, y ninguno en el de ≥71 años. Conclusiones: Concluimos que la presencia de un apendicolito i) no tiene especial predilección por el sexo o la edad, y ii) no se asocia al diagnóstico de apendicitis.

Palabras clave: Apendicolito, apendicitis, TC

Cómo citar este artículo:
Aljefri A, Al-Nakshabandi N. The stranded stone: Relación entre la apendicitis aguda y el apendicolito. Saudi J Gastroenterol 2009;15:258-60

Cómo citar esta URL:
Aljefri A, Al-Nakshabandi N. The stranded stone: Relación entre la apendicitis aguda y el apendicolito. Saudi J Gastroenterol 2009 ;15:258-60. Disponible en: https://www.saudijgastro.com/text.asp?2009/15/4/258/56106

El dolor abdominal agudo impone un dilema diagnóstico y terapéutico en los servicios de urgencias de todo el mundo. Hay una miríada de patologías que pueden presentarse con dolor abdominal agudo, la más frecuente que requiere atención quirúrgica es la apendicitis aguda. Hasta un tercio de los casos de apendicitis aguda tienen una presentación atípica, especialmente en la población pediátrica. Entre los avances actuales en el diagnóstico por imagen, la tomografía computarizada (TC) está ganando popularidad en el diagnóstico de la apendicitis aguda. La tasa de falsos positivos ha disminuido del 20% con apendicectomía negativa al 7% con la introducción de la TC en la práctica clínica. Se han descrito muchos criterios clínicos y de imagen para el diagnóstico de la apendicitis aguda. La utilización de la presencia de un apendicolito como único criterio para el diagnóstico de la apendicitis aguda sigue considerándose controvertida. En este estudio retrospectivo, examinamos la relación entre la apendicitis aguda y la presencia de un apendicolito en las tomografías computarizadas abdominales de los pacientes que acuden a los servicios de urgencias de un centro de atención terciaria de Riyadh (Arabia Saudí). También se intentó comprender la relación entre la presencia de un apendicolito y la incidencia de apendicitis con respecto a la edad y el sexo de los pacientes.

Materiales y métodos Top

Se revisaron retrospectivamente un total de 267 informes de tomografía computarizada abdominal de los pacientes que acudieron al servicio de urgencias del King Fahd Medical City entre mayo de 2007 y mayo de 2008, a través de la base de datos del sistema de archivo y recuperación de imágenes (PACS). Se utilizó un escáner de 16 cortes MDCT GE Light Speed (Milwaukee WI) con un protocolo de exploración de 5 mm de colimación axial y un pitch de 1,0 para las exploraciones no mejoradas. Las exploraciones mejoradas se realizaron de forma similar a las exploraciones no mejoradas, excepto que se administraron 1000 mL de un material de contraste oral (Gastrografin 3,7% diatrizoate meglumine) junto con la inyección de 140 mL de un material de contraste no iónico IV (Omnipaque). Además, cada examen se revisó utilizando una ventana ósea para mejorar la detección de un apendicolito. Se prestó especial atención al protocolo de estudio y a la edad y el sexo de los pacientes. En cada informe se examinaron varias palabras clave, como realce del apéndice, engrosamiento de la pared, varamiento de la grasa periapendicular, líquido peritoneal y pélvico libre y presencia de un apendicolito. Se utilizó el MS-EXCEL y el SPSS versión 12.0 para realizar las pruebas de chi-cuadrado y exacta de Fisher. La prueba de chi cuadrado se utilizó para analizar las relaciones entre la presencia de un apendicolito y la incidencia de apendicitis, mientras que la prueba exacta de Fisher se utilizó para analizar la relación entre la presencia de apendicolitos y la edad de los pacientes, así como el sexo. Se utilizaron los programas Bookends y Papers on Mac OS X para la revisión de la literatura y la organización de los resultados.

Resultados Top

Se examinaron doscientos sesenta y siete informes de tomografía computarizada abdominal junto con sus respectivas imágenes en una estación de trabajo GE Centricity PACS (Picture Archival and Retrieval System). De estas exploraciones, 34 (12,7%) fueron etiquetadas como casos de apendicitis aguda sobre la base de los hallazgos de la TC. En 13 varones (48%) y 14 mujeres (51,9%) se encontró un apendicolito , mientras que en los 7 pacientes restantes no se pudo obtener. El resto de los pacientes recibieron otros diagnósticos. Se encontraron apendicolitos en dos gammagrafías simples (7,7%) frente a 32 gammagrafías con contraste (13,28%). De los 267 casos examinados, 123 eran varones (46%) y 144 mujeres (54%). Sólo el 3% en el grupo de edad de ≤11 años, en contraste con el 40% en el grupo de edad de 11-20 años, fueron diagnosticados de apendicitis. La incidencia en otros grupos de edad fue la siguiente: 19% en el de 21 a 30 años, 14% en el de 31 a 40 años, 2,5% en el de 41 a 50 años, 8% en el de 51 a 60 años y en el de 61 a 70 años, y ninguno en el de ≥71 años.

Discusión Top

El apendicolito, también conocido como «fecolito» o «corpolito», representa depósitos calcificados en el apéndice, y contribuye a la patogénesis de la apendicitis aguda. Se define como un área de alta atenuación que mide ≤ 1 cm y que se localiza en las zonas pericecales, o en casos de perforación en la bolsa de Morrison (Douglas). En la literatura se pueden encontrar informes de casos sobre la presencia de un apendicolito y su fuerte correlación con la apendicitis aguda. El apendicolito se ha detectado utilizando varias modalidades que van desde la radiografía abdominal simple y la ecografía hasta la tomografía computarizada.
Aunque el apendicolito tiene un papel importante en la patogénesis de la apendicitis aguda, no es la única entidad en su patogénesis. Se han descrito otras causas de obstrucción luminal: Hiperplasia linfoide, cuerpos extraños, estenosis, tumores y enfermedad de Crohn. Aunque la patogénesis de la formación de un apendicolito sigue siendo desconocida, varios informes de casos han mencionado fuentes como un cuerpo extraño ingerido o un cálculo biliar desalojado que erosiona a través de la vesícula biliar. Los apendicolitos representan una calcificación homogénea o laminada en hasta el 25% de los casos.
La presencia de un apendicolito per se no se considera diagnóstica de apendicitis aguda en ausencia de cambios inflamatorios pericecales o realce de la pared apendicular. De todos los signos de apendicitis aguda en la TC, la presencia de apendicolitos tiene una especificidad del 100% pero una baja sensibilidad (44%). En la literatura se ha informado de que el 28% de los adultos y el 30% de los pacientes pediátricos con apendicitis aguda tienen apendicolitos.
Los hallazgos en la TC de absceso, gas extraluminal e íleo tienen la mayor especificidad pero una baja sensibilidad en comparación con la detección de un apendicolito intraluminal que tiene una baja sensibilidad y especificidad en la detección de la perforación. Además, Huwart y El-Khuory et al. han estudiado las TC abdominales de 85 sujetos adultos sin síntomas conocidos relacionados con el tracto gastrointestinal. Descubrieron que 57/85 pacientes no se habían sometido a una apendicectomía, pero se detectó un apendicolito en el 13% de todos estos sujetos. Por lo tanto, concluyeron que la presencia de apendicolitos no tenía importancia estadística en el diagnóstico de la apendicitis aguda. En cambio, Jabra et al., que habían estudiado el diagnóstico de apendicitis en niños mediante TC, informaron de que los apendicolitos podían ser un hallazgo incidental en una radiografía abdominal realizada con otros fines. Sin embargo, cuando se asocian a dolor abdominal, hay un 90% de probabilidad de apendicitis aguda en los pacientes, además de un 50% más de riesgo de perforación apendicular. Varios autores han descrito criterios diagnósticos basados en la modalidad de imagen para la apendicitis aguda, sin embargo, no incluyeron los apendicolitos entre estos criterios.

Además de su importancia diagnóstica, la presencia de un apendicolito tiene importantes consideraciones terapéuticas. El cirujano tratante debe estar prevenido para ello si el paciente se somete a cualquier intervención quirúrgica. En varios estudios, así como en informes de casos, se ha descrito que los apendicolitos caídos contribuyen a la morbilidad general de los pacientes. Se han descrito abscesos pélvicos por la caída de apendicolitos, especialmente con la apendicectomía por laparoscopia. Las opciones de recuperación incluyen un enfoque quirúrgico abierto, la recuperación laparoscópica y la recuperación guiada por TC. , ,,,,,
Aunque controvertido, el hallazgo de un apendicolito puede ser evidencia suficiente para realizar una apendicectomía profiláctica en pacientes asintomáticos, dada la mayor tasa de perforación en el momento de la apendicitis aguda.
En este estudio, no agrupamos a los pacientes según la edad debido a la dificultad técnica. Además, el diagnóstico patológico final no se obtuvo debido a la limitación de recursos.
Aunque la presencia de un apendicolito en ausencia de otros hallazgos, como el engrosamiento del apéndice o la infiltración periapendicular, no es diagnóstica de apendicitis, podría estar relacionada con una apendicitis previa. La apendicitis antigua cicatrizada debe distinguirse de la apendicitis crónica; esta última podría beneficiarse de una cirugía curativa.

Conclusión Top

A partir de los datos obtenidos y de la bibliografía revisada, se concluye que la presencia de un apendicolito no tiene especial predilección por el sexo o la edad. Su correlación con el diagnóstico de apendicitis aguda per se fue pobre y debe evitarse a menos que se demuestren signos de apendicitis aguda en la TC.

Agradecimientos Top

Los autores desean agradecer al Sr. Amir Falah Marzouq su ayuda en el análisis estadístico.

Top

Rao PM, Rhea JT, Rattner DW, Venus LG, Novelline RA. Introducción de la TC apendicular: Impacto en las tasas de apendicectomía negativa y de perforación apendicular. Ann Surg 1999;229:344-9. Volver al texto citado nº 3

Singh AK, Hahn PF, Gervais D, Vijayraghavan G, Mueller PR. Dropped appendicolith: CT findings and implications for management. AJR Am J Roentgenol 2008;190:707-11. Volver al texto citado nº 13

Itah R, Skornick Y, Greenberg R. Extraluminal appendicolith: Una indicación para la apendicectomía de intervalo con localización y extracción intraoperatoria de esa causa potencial de absceso intraabdominal. J Laparoendosc Adv Surg Tech A 2008;18:606-8. Volver al texto citado nº 1
Vyas RC, Sides C, Klein DJ, Reddy SY, Santos MC. El apendicolito ectópico de la apendicitis perforada como causa de absceso tubo-ovárico. Pediatr Radiol 2008;38:1006-8. Volver al texto citado nº 2
Miki T, Ogata S, Uto M, Nakazono T, Urata M, Ishibe R, et al. Tomografía computarizada multidetector-fila mejorada (MDCT) en el diagnóstico de la apendicitis aguda y su gravedad. Radiat Med 2005;23:242-55. Volver al texto citado nº 4
Guy PJ, Pailthorpe CA. El apendicolito radiopaco: su importancia en la práctica clínica. J R Army Med Corps 1983;129:163-6. Volver al texto citado nº 5
Forel F, Filiatrault D, Grignon A. Ultrasonic demonstration of appendicolith. J Can Assoc Radiol 1983;34:66-7. Volver al texto citado nº 6
Moorjani V, Wong C, Lam A. Ingested foreign body mimicking an appendicolith in a child. Br J Radiol 2006;79:173-4. Volver al texto citado nº 7
Mehrotra PK, Ramachandran CS, Gupta L. Laparoscopic management of gallstone presenting as obstructive gangrenous appendicitis. J Laparoendosc Adv Surg Tech A 2005;15:627-9. Volver al texto citado nº 8
Ives EP, Sung S, McCue P, Durrani H, Halpern EJ. Predictores independientes de apendicitis aguda en TC con correlación patológica. Acad Radiol 2008;15:996-1003. Volver al texto citado nº 9
Tsai HM, Shan YS, Lin PW, Lin XZ, Chen CY. Características clínicas y de imagen relacionadas con los resultados quirúrgicos de la apendicitis perforada. Hepatogastroenterology 2008;55:127-32. Volver al texto citado nº 10
Huwart L, El Khoury M, Lesavre A, Phan C, Rangheard AS, Bessoud B et al. ¿Es el apendicolito un signo fiable de apendicitis aguda en la TCMD? J Radiol 2006;87:383-7. Volver al texto citado nº 11
Jabra AA, Shalaby-Rana EI, Fishman EK. CT de apendicitis en los niños. J Comput Assist Tomogr 1997;21:661-6. Volver al texto citado nº 12
Aprahamian CJ, Barnhart DC, Bledsoe SE, Vaid Y, Harmon CM. Fracaso en el tratamiento no quirúrgico de la apendicitis rota pediátrica: Predictors and consequences. J Pediatr Surg 2007;42:934-8;discusión 938. Volver al texto citado no. 14
Rasuli P, Friedlich MS, Mahoney JE. Recuperación percutánea de un apendicolito retenido. Cardiovasc Intervent Radiol 2007;30:342-4. Volver al texto citado nº 15
Levin T, Whyte C, Borzykowski R, Han B, Blitman N, Harris B. Nonoperative management of perforated appendicitis in children: ¿Puede la TC predecir el resultado? Pediatr Radiol 2007;37:251-5. Volver al texto citado nº 16
Buckley O, Geoghegan T, Ridgeway P, Colhoun E, Snow A, Torreggiani WC. The usefulness of CT guided drainage of abscesses caused by retained appendicoliths. Eur J Radiol 2006;60:80-3. Volver al texto citado nº 17
Geoghegan T, Stunnell H, O’Riordan J, Torreggiani WC. Apendicolito retenido tras apendicectomía laparoscópica. Surg Endosc 2004;18:1822. Volver al texto citado nº 18

Deja un comentario