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Seguro que has escuchado ambos términos muchas veces, posiblemente utilizados a la vez. Pero, ¿realmente los conoces bien? ¿Y sabes la diferencia entre depresión y ansiedad?

Con un ratio de incidencia de una de cada cuatro personas a nivel mundial, las enfermedades mentales están a la orden del día. Vamos a ver algunas muy comunes y sus diferencias.

¿Qué significan los términos depresión y ansiedad?

Una diferencia fundamental entre las dos definiciones es que la primera se refiere a una única condición mental, mientras que la segunda hace referencia a un grupo de condiciones mentales.

Por un lado, la depresión es esencialmente una enfermedad aunque puede presentar muchos síntomas distintos (ver debajo) y las personas afectadas puedan sufrirla de distintas formas.

Por otro lado, la ansiedad es un paraguas que incluye un rango de condiciones más específicas. De ellas, la más prevalente es el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), que afecta a más de 7% de la población, según cifras de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés.

Pero la ansiedad también cubre otras condiciones menos comunes que puedes haber escuchado alguna vez. Entre ellas se incluyen fobias, trastornos de pánico y de la adaptación, y la reacción de estrés.

En este artículo, nos vamos a centrar en el TAG, ya que existe un amplio rango de condiciones que pueden formar parte del paraguas del término de la ansiedad.

¿Cómo te hacen sentir la depresión y ansiedad?

El TAG y la depresión son similares en que sus principales síntomas están relacionados con el estado de ánimo y sentimientos del paciente, pero también tienen síntomas físicos.

Estado de ánimo y sentimientos

La depresión se caracteriza por el bajo estado de ánimo, y por una pérdida del interés o del disfrute de la mayoría de actividades, durante un periodo de dos o más semanas. Estos son los síntomas esenciales de la depresión. Existen otros síntomas relacionados con el estado de ánimo que pueden ser vividos por parte de una persona con depresión, como:

  • sentimientos de culpa
  • sentimientos de desesperación
  • sentimientos de inutilidad, baja autoestima o confianza en uno mismo
  • pensamientos de muerte o de suicidio

De manera similar, el TAG se centra en dos síntomas esenciales: ansiedad excesiva y preocupaciones, la mayoría del tiempo durante más de seis meses, y dificultad para controlar esos sentimientos. De nuevo, también se pueden manifestar otros síntomas como:

  • sentirse con los nervios de punta o no poder descansar
  • irritabilidad

Con el TAG, puedes sentirte muy preocupado por una serie de cuestiones mundanas a diario, sin darte cuenta de que exista una causa lógica para explicar tu ansiedad.

Síntomas físicos

Nos encontramos con algunos síntomas físicos que aparecen tanto en TAG como en la depresión:

  • fatiga / cansancio
  • falta de concentración
  • estar inquieto o imposibilidad de mantenerse sentado
  • dificultades para conciliar el sueño

Pero también hay algunos síntomas únicos en cada una de estas condiciones. En el caso de la depresión, los síntomas físicos pueden incluir:

  • cambios de peso, a menudo causados por cambios en el apetito
  • lentitud de movimientos

Los efectos físicos del TAG incluyen:

  • tensión muscular y dolores
  • dolor de cabeza
  • sudoración
  • mareos
  • problemas intestinales
  • latidos cardíacos rápidos y falta de respiración

Ahora bien, todos estos síntomas pueden ser señales de otros problemas de tu salud física.

¿Puedes sufrir ansiedad y depresión al mismo tiempo?

Es difícil de determinar, al tener tanto la depresión como el TAG algunas características distintas y otras similares. Para complicar más las cosas, es posible que alguien pueda experimentar depresión y ansiedad al mismo tiempo.

De hecho, no solo es posible, sino que además es bastante común. La mitad de las personas que sufren TAG también tendrán depresión. Cuando las condiciones coexisten de esta forma, pueden ser más severas y duraderas de lo habitual.

También es posible ser diagnosticado con una de estas condiciones y tener los síntomas de la otra (pero a un nivel que la otra no sería diagnosticada). La manera en que los síntomas coinciden dificulta ser preciso con estadísticas, pero la estimación del número de personas con depresión que también experimentan síntomas de ansiedad puede llegar al 85% de los casos.

Muchos expertos consideran el trastorno mixto ansioso-depresivo como una categoría aparte. Este es el caso en el que una persona puede tener síntomas de ambas condiciones, pero sin que sean los suficientemente severas como para que tengan un diagnóstico forma de cada condición. De cualquier forma, esta combinación puede causar un sufrimiento considerable y afectar la vida diaria de la persona.

Similitudes en los tratamientos para depresión y ansiedad

Los casos de depresión y de TAG son tratados de manera similar. En ambas enfermedades, se ofrecen dos categorías principales de tratamientos: terapias psicológicas y medicamentos.

Las terapias psicológicas implican la descripción de los pensamientos y sentimientos a un profesional cualificado. Un ejemplo es la terapia conductista-cognitiva, que pretende identificar la forma en la que los pensamientos, sentimientos y comportamientos interactúan.

Los medicamentos llamados antidepresivos se usan para tratar ambas condiciones y son efectivos para muchas personas. Los más comunes son los llamados inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina (SSRI), aunque existen otros medicamentos que el doctor puede recomendar.

Con frecuencia, el tratamiento puede incluir una combinación de terapias psicológicas y de medicamentos. Este enfoque puede ser personalizado para el individuo y su situación específica. El doctor puede también evaluar cómo gestionar problemas de estilo de vida como parte del tratamiento, si considera que pueden estar contribuyendo a la depresión o ansiedad.

El TAG y la depresión son dos condiciones distintas. Pero se mencionan una junto a la otra debido al solapamiento de los síntomas, al hecho de que pueden aparecer a la vez, y a los enfoques similares para sus tratamientos. Si tienes dificultades para mantener el ánimo, o reconoces algunos de estos síntomas, entonces es importante pedir ayuda. No te preocupes por llamarlo ansiedad o depresión. Lo que es relevante es contactar a tu médico de cabecera para que pueda conocer más sobre la situación y ofrecer el apoyo necesario.

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